DESCENT ======= --- Parte 1 ------- --- Kurt llegó corriendo a la roca y se recostó tras ella, con el arco preparado. Resopló brevemente, aún poco acostumbrado al peso de la cota de mallas: apenas llevaban 1 hora de experiencia de grupo. Escudriñó brevemente la línea de árboles de donde procedía pero no pudo distinguir la figura de Kseniya o los otros. Esperó 20 segundos y siguió con el plan. Asomó por la roca apuntando con el arco hacia el lado opuesto del claro: como esperaba, una flecha golpeó la piedra a pocos centímetros. Aprovechó para resguardarse de nuevo, no sin antes soltar su arco como si se le hubiera caído de las manos del susto y gritar un sonoro "[Tamade]!". Pudo oír las risas de los guardianes apostados más allá. Un instante más tarde, escuchó movimiento entre la maleza y contó al menos dos de ellos saliendo a acabar con él. Miró ansioso a ambos lados de la roca mientras asía el hacha de mano de su cinturón y desenvainaba el largo cuchillo de su pernera. El primer guardián asomó por su izquierda con el arco alzado y, tras esbozar una sonrisa, se preparó para disparar a placer. En ese momento Kseniya salió gritando de unos arbustos cercanos. La robusta ingeniera de mantenimiento aparecía como un actor ideal para este entorno: su aspecto personalizado con una armadura de pieles, una larga cicatriz en su cara y un enorme hacha enarbolada sobre su cabeza. El guardián dio un respingo y giró súbitamente, soltando la flecha del susto. Intentó al mismo tiempo disparar sin munición y desenvainar su espada corta; aún estaba decidiendo entre ambas opciones cuando el hacha se hundió en su hombro y casi lo partió en dos de un solo golpe. Kseniya empezaba a intentar recuperar su arma incrustada cuando una lanza pasó rozándole el pecho: si se dio cuenta de ello, lo ignoró con total sangre fría. Kurt surgió del otro lado de la roca y lanzó su hacha al segundo guardián mientras éste desenvainaba su espada, golpeándole con la parte del mango en la pierna y derribándole. Se abalanzó sobre su enemigo con el cuchillo en ristre, pero el guerrero se había gastado sus puntos en una cota de placas de legionario y el arma resbaló entre las láminas. Forcejearon entre sí hasta que notó un fuerte impacto en su pecho y el cuerpo de su oponente se quedó rígido. Se deshizo de él y vio el hacha de su compañera clavada en la espalda del cadáver, casi atravesando el torso y apenas a unos centímetros de donde había estado el suyo propio. - Estatus viable, [jefe]? - inquirió Kseniya casualmente mientras arrancaba de nuevo su hacha. Kurt meneó la cabeza renuente y asintió: hacía tiempo que había desistido a comprender la brutalidad de la ingeniera de mantenimiento. Se habían conocido cientos de ciclos (ver Notas) atrás coincidiendo en una experiencia de supervivencia y pronto habían formado un buen dúo: él se había encargado de la estrategia y los objetivos a largo plazo y ella de la acción más inmediata y directa. Su cooperación se extendió a otras experiencias e incluso a algunas operaciones durante los turnos de vigilia. Fue más tarde cuando averiguó que mucha gente no se sentía cómoda jugando con ella, a la que acusaban de tener dificultades entendiendo los parámetros de las experiencias y problemas de autocontrol. En su caso nunca había tenido ningún conflicto personal, pero era obvio que Kseniya esperaba de él indicaciones en aspectos a menudo preocupantemente básicos. Dos ingenieros más se reunieron con ellos en el claro y, tras recoger varias flechas del suelo, emprendieron la marcha hacia el muro. Esta vez la experiencia de grupo previa a la vigilia transcurría en una versión poco histórica de una batalla a tres bandas entre pictos, personificados por los investigadores, vikingos, el lado de los ingenieros, y romanos, los guardianes. El objetivo de los investigadores e ingenieros era competir para ser los primeros en atravesar la sección seleccionada del Muro de Adriano, mientras que los guardianes debían evitarlo usando varias fortificaciones y defensas adicionales. No era su escenario favorito pero, fuera por su grado cultural nórdico o por alejarse de su contacto más habitual con la tecnología, lo prefería a otros más populares como "la Invasión Simbionte" o "el Asalto de las Máquinas". La mayor parte de toda la sección se había reunido en la llanura frente al portalón principal del muro en una batalla campal masiva, pero un grupo de ingenieros había descubierto una zona de muralla desmoronada en uno de sus laterales boscosos. Habían creado dos equipos para distraer a los guardianes de sus intenciones: uno para aparentar una primera intentona y fallar ante las previsibles patrullas cercanas al hueco, simulando retirarse hacia la batalla general; y un segundo nuevo intento varios minutos después, confiando en que los guardianes habrían dirigido la mayor parte de sus efectivos al portalón. Hasta ahora el plan había procedido con éxito: se habían encontrado tan sólo con dos puestos de vigías, más concentrados en mirar cómo se desarrollaba la batalla principal en sus mapas tácticos que no en estar alerta. Al acercarse ya al muro otra banda de cinco ingenieros se unió al grupo. La mayoría llevaba variantes del equipo por defecto pero un par de ellos habían gastado sus puntos en recias espadas largas y escudos de forrados de cuero. Uno de ellos hasta había adquirido un tatuaje de berserker, que seguramente le conferiría una piel dura como una cota de mallas pero sin su peso. Con el envío de impresiones restringido durante la experiencia de grupo, debatieron la estrategia hablando con cierta dificultad sobre su mapa táctico. Acordaron acercarse sigilosamente al linde del bosque y cargar juntos contra la brecha. Al llegar ahí se encontraron con que efectivamente los guardianes habían desplazado a casi todos sus efectivos a la puerta: tan sólo había un arquero romano de guardia subido encima del muro y un legionario parapetado tras unas barricadas desiertas enfrente de la sección de piedra desmoronada. La banda de vikingos esperó a que Kurt y el otro ingeniero armados con arcos dispararan contra el vigía antes de arremeter contra el soldado apostado. Su flecha dio en el blanco, sorprendiéndole de lo bien que se le estaba dando su manejo en esta experiencia. Mientras el cuerpo del arquero caía del muro, cargaron gritando hacia el solitario legionario. Empezaba a entusiasmarse con la posibilidad de batir su propio récord cuando se fijó en el porte y la actitud impertérrita del soldado romano. Al reconocerle, se paró de golpe: - No, no, no, es Yong! Stop! Su advertencia no llegó a tiempo para los tres primeros ingenieros, que se amontonaron hombro con hombro en el estrecho pasillo formado por las barricadas. El legionario se abalanzó hacia delante en el último momento, aplastando con su escudo al oponente de en medio mientras atravesaba con su lanza el torso de su compañero de la derecha. Mientras ambos contrincantes caían al suelo, el tercer vikingo, desequilibrado, intentó golpear con su espada al soldado pero su golpe apenas tenía fuerza y resbaló por las placas de su armadura. Aprovechando el soporte involuntario de sus enemigos, el romano desenvainó su espada corta a la vez que se agazapaba girando sobre sí mismo para golpear al único combatiente que no había sido derribado en la pierna, cuyo tatuaje berserker no cubría. Aún arrodillado y en otro gesto fluido que casi parecía misericordioso, acuchilló con sendas estocadas certeras a los dos heridos, acabando con ellos. La lucha tan sólo duró unos segundos, tras los que el atónito silencio se convirtió en lamentos y quejas: - Mierda... - [Tamade]! - Escanea eso, el [puto] Yong! - Ahí van nuestros puntos... El soldado en las barricadas alzó los brazos en un gesto de disculpa mientras esbozaba una expresión de ánimo. Recuperó su lanza, se colocó en posición y se encaró al grupo seriamente, como si tuvieran todas las posibilidades del mundo de poder sobrepasarle. Todos sabían que no era así: era Yong, el mejor luchador de los guardianes y toda una celebridad en las experiencias de combate. Los ingenieros se miraron sin saber qué hacer a continuación y Kseniya se giró hacia Kurt meneando la cabeza: - Esto sube la dificultad, [jefe]. Pod... - el resto de sus palabras se convirtieron en borboteos de sangre al atravesarle el pecho una lanza arrojada por el legionario. - Hey Kurt! Aspecto [top], grábalo!. - gritó admirado Yong. Perfecto, lo había reconocido también; y lo peor era que sabía que su amigo era totalmente sincero. - Tengo más lanzas, jugadores... Las barricadas y su escudo le protegían de las flechas. Kurt desenvainó su hacha y cuchillo e indicó a los demás que intentaran rodearle entre todos a través de las barricadas... --- Tras un instante de transición desde el atenuado dolor de su muerte en la experiencia anterior, estaba de vuelta a su generador. Como siempre, le costó un momento situarse y adaptarse al estilo retrofuturista que había diseñado para su generador de experiencias: era un sobrio pero lujoso habitáculo de nave espacial, tal y como se habría imaginado en la ciencia ficción de épocas anteriores. Se sentó en el sillón central y varios paneles aparecieron a su alrededor. Omega emergió al mismo tiempo: - El informe de tu resultado en la experiencia ya está disponible. - El cuerpo, holográfico y andrógino, y la voz artificial que había escogido para la apariencia de su fragmento de la IA de la nave también se basaba en varios cánones retrofuturistas. En momentos como éste agradecía más que nunca no haber seleccionado un aspecto humano realista o comunicación normal vía impresiones para el programa: así le resultaba más cómodo transicionar entre experiencias. Echó un vistazo rápido al informe, más por curiosidad de cuan cerca había quedado de su récord que por otra cosa. Percentil 77% respecto al total, pero aún se estaba librando el final de la batalla y entonces bajaría al menos 10 puntos. 83% de su máxima puntuación histórica: no estaba mal para una derrota. Ignoró los puntos obtenidos y el resto de la información detallada. Recostó la cabeza en el sillón y desenfocó la mirada, con la mente en blanco. La voz de Omega aprovechó su inactividad: - La experiencia de grupo aún se prolongará una media de 38 minutos más. La sesión de refugio antes del turno de vigilia dará comienzo a continuación. Deseas emplearte o empezar directamente la sesión de refugio? Kurt pensó que ya tendría tiempo de emplearse durante el ciclo de vigilia. Omega recibió su impresión y esperó a que sus indicadores biométricos se relajaran antes de transicionarle de nuevo. Su refugio era una cala de roca rodeada de karst y agreste vegetación subtropical. Una hoguera apagada en la pequeña playa de piedras y un lecho de helechos eran las únicas marcas del hombre en el lugar. Apareció flotando en el agua cercana a la orilla, relajadamente, y decidió quedarse ahí un rato más. Al fin y al cabo no iba a ninguna parte durante la próxima décima de ciclo. Una bandada de ágiles pájaros pasaron volando por delante de sus ojos: "un añadido de Omega a la experiencia", pensó Kurt, quizás para compensar la falta de vida del lugar... Algunos odiaban las sesiones de refugio. En principio estaban destinadas para la relajación ocasional en privado entre la constante sucesión de experiencias, aunque en general se visitaban casi exclusivamente durante la sesión obligatoria anterior al turno de vigilia. Los investigadores especializados en neurociencia habían encontrado indicios de que la soledad e introspección ayudaba a disfrutar más el contacto real posterior con las personas. Pero Kurt solía venir a su refugio algo más a menudo: desde que lo había diseñado con este estilo, algo en la experiencia le hacía volver. Tiempo después salió del agua y decidió encender la hoguera antes de que anocheciera. Buscó ramas y troncos secos en los alrededores, donde sabría que sin duda estarían, como también encontraría un trozo de pedernal apropiado para encender la yesca. El proceso era manual y realista, pero el éxito estaba asegurado: al fin y al cabo esta no era una experiencia de técnicas de supervivencia o de juego en entorno salvaje. Encender el fuego cumplió su cometido: el proceso lento y delicado liberó su mente de otros pensamientos y el calor de las llamas le reconfortó justo a tiempo de la llegada de la fresca brisa nocturna. No sentía hambre y se quedó pensativo observando la fogata. En 3 ciclos más la misión Pioneros llegaría a Calima y Kurt se preguntaba si notaría diferencia alguna en su vida cotidiana. Por supuesto parte de las vigilias pasarían fuera de la nave pero no creía que, tras los primeros ciclos de novedad, la gente fuera a alterar mucho su rutina de experiencias: al fin y al cabo, la existencia virtual representaba el 90% de su tiempo. Le atraería la realidad en el planeta lo suficiente como para cambiar sus hábitos? Tumbado entre los helechos se durmió con esos pensamientos, envuelto en la improbable calidez de las brasas.... --- Despertó en su tanque de recreación, acostado sobre el aún húmedo acolchado; el gel reactivo o [bouillie], como comúnmente lo llamaba la gente, ya se había filtrado. Con un gruñido se incorporó y sacó las piernas del receptáculo mientras se masajeaba los ojos y la cara: "bienvenido al mundo real", pensó Kurt. Tras un instante, puso los pies en el suelo de la plataforma del depósito y recogió su visor oráculo de uno de los compartimentos bajo la cisterna, que se colocó inmediatamente alrededor de la parte superior de su cabeza. Verificó que aparecía la interfaz de arranque y configuración delante de sus ojos y alzó el visor, aprovechando para sacar su traje y plantillas de nanoelastina del siguiente compartimento y vestirse. Desvió la mirada hacia arriba al escuchar a alguien maldiciendo en alguna plataforma más elevada del habitáculo: por lo visto un tripulante de su sección tenía incluso peor despertar que él en la vigilia. Kurt sonrió para sí. Empezó a dirigirse a la escalera cuando su oráculo se inició finalmente y, tras un breve saludo, la voz de Omega le recordó que se olvidaba de su objeto personal. Kurt volvió al tanque y cogió su [zeichen] del último compartimento: un amuleto del martillo de Thor, Mjölnir. Sabía que no era obligatorio llevarlo, pero el [zeichen] era el único objeto personal que cualquiera podía acarrear durante la vigilia y atraería más preguntas y miradas si no lo hacía. Se lo puso alrededor del cuello y subió la escalera hacia la salida del cubículo, en un nivel superior. Pasó por dos pisos más de centenares de tanques idénticos al suyo antes de llegar a la compuerta y usar la interfaz para saber a donde dirigirse. Una animación tridimensional mostró la forma esférica de la nave, compuesta de una gran cantidad de cubículos como en el que estaba ahora. Un rápido zoom se acercó a su posición: su bloque habitáculo se había trasladado al anillo gravitatorio giratorio para poder vivir en condiciones normales, y una ruta brillante le mostraba el camino hacia su bloque de recreo asignado. Mientras empezó a cruzar cubículos de diversos propósitos su cuerpo en movimiento recordó el hambre: todas las vigilias empezaban con un refrigerio en un comedor comunal. Durante su recorrido se encontró con varios miembros de su sección ya despiertos y tripulantes de la sección 8, del turno anterior, dirigiéndose hacia sus bloques habitáculos para volver al mundo virtual; Omega se encargaba de que las 100000 personas de cada una de las 10 secciones alternaran sus actividades de forma escalonada con la máxima eficiencia. Kurt llegó al cubículo de recreo y subió a la plataforma del comedor. El módulo estaba mucho más poblado pues gran parte de la gente pasaba la mayor porción del tiempo de vigilia en ellos; más aún si no eran ciudadanos. Ahí se encontraban ya comiendo Claire y Nikau; les saludó con la mano y se puso a la cola de los dispensadores, que avanzaba lentamente. Las primeras horas del ciclo siempre eran un caldo de cultivo para personas con dificultades de adaptación al mundo real: balbuceos al hablar, bloqueos esperando a que máquinas respondieran a impresiones que obviamente no funcionaban aquí... incluso ataques de ansiedad cuyo manejo representaba probablemente el 90% del trabajo de los guardianes. Por fin llegó a su dispensador. Eligió una de las dos opciones para su plato y la bebida isotónica por defecto. La comida tardó unos segundos en ser impresa en la bandeja, tras lo que se dirigió a la bancada que compartían sus amigos: - Escanea eso, ni una impresión en contra; ni por la comida. - sonrió Nikau. - Está en su entorno aquí. Ésto podría ser una experiencia suya, grábalo. Hasta me recuerda a su generador. - Claire se burlaba animada. La mención al estilo de su generador, una de sus experiencias más privadas, pilló por sorpresa a Kurt, que se quedó bloqueado como un recién despertado. El bueno de Nikau acudió a su rescate: - Uhhh, ésto invoca un duelo: lucha en la galería después de la comida? - No puedo, hay asamblea: la primera décima de ciclo siempre es [intenso], más ahora en la llegada. Y da el play en... - bajó momentáneamente su visor para mirar su agenda para la décima en el oráculo - ...23 minutos. - Kurt trató de sonar convincente, pero no estaba siendo del todo honesto: la asamblea duraría poco y las tareas asignadas no serían demasiado urgentes ni largas; la ciudadanía en estos tiempos ya era más una vocación o afición que un esfuerzo real. Pero no quería empezar la vigilia haciendo versiones limitadas de lo mismo que realizaba en las recreaciones: ya habría tiempo de gravitar naturalmente a ello cuando el tedio de lo real se hiciera menos soportable... - Uhhh, el ciudadano. Pues Nikau y yo desconectamos y aprovecharemos para actuar un turno médico y ganar puntos. Así luego podemos gastarlos juntos... si lo requieres. - A pesar de intentar parecer una oferta casual, Kurt sabía que era más una invitación esperanzada. Claire acariciaba inconscientemente el pañuelo verde de seda sobre su cuello, su [zeichen], y desviaba nerviosamente su mirada entre Nikau, Kurt y la salida del comedor. Se despidieron con un gesto y Kurt se quedó acabando su plato. Como a todos, le costaba adaptarse a comer los primeros minutos del ciclo: los alimentos impresos, aún conseguidos en cuanto a gusto y tacto, seguían estando limitados en cuanto a forma y variedad porque contenían esencialmente la misma mezcla de carbohidratos, proteínas, grasas y demás nutrientes. Difícilmente podían competir con cualquier experiencia. Pero en este caso no era sólo eso: hacía unos cuantos ciclos que se notaba huraño e inquieto por algo que no sabía expresar, algo latente desde que la nave había estado desacelerando y acercándose a Calima. Decidió hacerle una visita a Raina este ciclo: si una charla con la investigadora no le ayudaba, al menos le llenaría la mente de otras cosas sobre las que pensar... Terminó la comida con desgana y miró de nuevo su agenda: el cubículo de arbitrio designado para la asamblea estaba cerca, así que le tocaba asistencia física esta vez. --- Hacía tiempo que Kurt no presenciaba en persona una asamblea. Con capacidad para 1000 tripulantes, jamás había visto congregadas en un cubículo de arbitrio a más de la mitad de esa cifra, y eso considerando que era en estas últimas decenas de ciclos del viaje cuando más gente había visto junta. El resto de ciudadanos, aproximadamente un 10% del total de 100000 personas de su sección, asistían a distancia desde alguna estación de trabajo o, muy raramente y si deseaban visitar un turno de vigilia de otra sección, desde su generador. Los cubículos de arbitrio eran parecidos a los habitáculos, distribuidos en plataformas, pero con sillones de operaciones en lugar de tanques. Estaban todos alineados en las paredes y orientados en dirección al centro de la estructura, hueca y con un estrado central para los representantes de ingenieros, investigadores y guardianes. Aunque en teoría podía seguirse su intervención visualmente desde cualquier ángulo, la mayoría de ciudadanos presentes físicamente usaban igualmente las reproducciones incrementadas de sus oráculos. Kurt llegó con algo de antelación y escogió uno de los asientos del rincón de la plataforma central cercana al estrado. Se colocó su oráculo y los guantes de su sillón de operaciones para revisar el estado de sus votaciones y tareas pendientes; sus informes estaban actualizados y aprovechó para responder como ciudadano a las propuestas pendientes del último ciclo. La gran mayoría eran peticiones automáticas de Omega para ajustar ligeramente su potencia y los recursos de la nave en multitud de aspectos: asignación de +1,37% al análisis de la atmósfera del planeta debido a la reciente mayor acumulación de datos, derivar el superávit del 3,26% de energía de la nanomalla exterior del casco al diagnóstico de seguridad del satélite colector, etc... Kurt continuó votando de manera afirmativa apenas prestando atención al título de la petición: como si tuviera sentido votar en contra de la solución óptima... Al llegar a las dos propuestas de los ciudadanos se tomó más tiempo. Una era la petición de una investigadora para una revisión psicológica adicional dirigida a los pocos que aterrizaran en el planeta inicialmente, destinada a detectar preventivamente síntomas de rechazo de realidad tras las primeras décimas de contacto con el exterior. Votó positivamente a regañadientes, dudoso de la utilidad de aún más asesoramiento psicológico pero pensando que al fin y al cabo ellos eran los expertos. La otra era de parte de un guardián: un largo y denso discurso de sólo texto y voz cargado de referencias a estudios históricos. Pidió a Omega que le ofreciera un resumen. La propuesta acabó siendo una petición para aumentar la cantidad de robots multipropósito y rastreadores y/o crear una pequeña cantidad de armas personales para protección en caso de emergencia durante la misión. Votó negativamente, algo exasperado de que le hicieran perder el tiempo. Se quitó los guantes del sillón de operaciones. Durante ese tiempo se había ido llenando paulatinamente el cubículo. Una mujer se estaba sentando a su derecha y su exótico aspecto llamó su atención: llevaba un vaporoso chal rojo, seguramente su [zeichen], que cubría tanto como resaltaba sus formas más curvilíneas de lo habitual, sin llegar a las modificaciones extremas que unos pocos exhibían. La tez morena no era infrecuente, pero sí su largo cabello oscuro recogido suavemente en una cola. La gran mayoría de las personas dedicaban poca atención a su aspecto físico en la realidad, pudiendo parecer cualquier cosa en cualquier momento durante sus experiencias, así que en general todos los cuerpos eran andróginos y saludablemente perfectos. En otros tiempos de la humanidad probablemente hubieran sido considerados muy altos, demasiado delgados y extremadamente fibrados, resaltando su falta de vello corporal, excepto en la cabeza, y su carencia de defectos o rasgos físicos relevantes o exagerados. Pero unos pocos pedían algunas modificaciones externas ornamentales a Omega, generalmente durante la adolescencia o en la juventud temprana, que iban desde cambiar el color del pelo o de los ojos, pasando por variar el tamaño y la forma de partes de su cuerpo, hasta llegar a los tatuajes, cicatrices, injertos de colas de animales, etc... - Aditi, por si requieres un nombre. - sonrió traviesa la mujer. - Perdón, estaba transicionando. Kurt. - saludó conciliador. - Sí, grabo que te encuentro ausente. - Su mirada se dirigió pícara a la evidente erección de Kurt. - Soy la actora de eso? - Eso simula. - El ingeniero, que no se había dispuesto para un flirteo en la asamblea, se notó torpe y bloqueado. - Mmm... Si el evento se repite en otro escenario ya escanearemos cómo podemos solucionarlo. - Aditi le dedicó un último guiño juguetón y dirigió su atención al estrado central. Kurt sonrió derrotado ante la habilidad de la mujer y también pasó a concentrarse en la asamblea. Los líderes y segundos de guardianes, ingenieros e investigadores se encontraban ya alrededor de la zona central y el cubículo mostraba una gran pantalla informativa en su centro. Una cuenta atrás apareció en ella y al acabarse, el líder de los ingenieros, Ifiok, tomó la palabra: - Bienvenidos ciudadanos. La primera fase de la asamblea es para anunciar una actualización en los equipos: Dana, la líder de los investigadores, se desconecta. Se conecta al equipo como nueva líder Aditi. La mujer a su lado se levantó de su asiento y se dirigió al estrado. Todos los representantes la saludaron y se colocó cerca de su pronto exdirigente, en su última intervención. Ifiok prosiguió a continuación: - Segunda fase. Como recordáis, en 10 ciclos llegaremos a Calima. En el desarrollo anterior, nuestra primera vigilia iba a jugarse ya establecidos en órbita con el planeta, enlazando el módulo colector con la nave y enviando los primeros actores a la superficie; pero debido al fallo de la sobrecarga hace 327 ciclos, el orden de las vigilias se ha actualizado. El segundo de los ingenieros, Michael, desvió la mirada irritado por la mención del incidente. Su grave error de cálculo hizo perder a la misión decenas de ciclos, pero podría haber sido aún más catastrófico. Kurt lo sabía bien, pues parte de sus propios cálculos ayudaron a evitarlo; fue su momento más brillante como analista de patrones y también el inicio de una tensa relación de trabajo entre ambos. - Tras los últimos cálculos de Omega, podemos grabar que el pronóstico inicial era correcto: nuestra sección se empleará en "la llegada en órbita, estabilización y preparación logística". Podemos continuar con las tareas asignadas entonces. Tercera fase: el informe del estatus de las tareas de los ingenieros está abierto en el directorio desde hace 5 minutos. - Ifiok dio paso a la saliente líder de los investigadores con un gesto. Ésta activó una reproducción audiovisual explicativa del estatus de las tareas de los investigadores, como en general hacían todos los representantes de la asamblea. No así Ifiok. El líder de los ingenieros y representante de facto de toda la sección 9 era un mito a la vieja usanza. Con casi 3000 ciclos de edad, se unió a la misión Pioneros siendo apenas un niño, parte del escalonado relevo generacional planeado. Durante su primer millar de ciclos se dedicó en cuerpo y alma a los juegos, pasando a ser la persona que aun ostentaba el máximo número de récords simultáneos en cientos de experiencias. Pero de pronto, abandonó toda competición virtual y empezó a formarse como ingeniero para acceder a la ciudadanía. Se convirtió en un hábil programador, pero sobretodo en un excelente coordinador de todos los diferentes departamentos de ingeniería. Desde entonces Ifiok era el ciudadano modélico: realizaba más turnos que nadie, fomentaba el acceso a la ciudadanía entre el resto de los tripulantes y dirigía con gran eficiencia la sección 9, que estaba considerada entre las tres mejores de las diez desde hacía más de 1000 ciclos. Kurt recordaba de su adolescencia una entrevista en la que le preguntaron a Ifiok por qué había abandonado los juegos competitivos y tan sólo participaba en las experiencias de grupo obligatorias, enmascarado: el ingeniero respondió que había entendido los patrones generales de la IA, Omega, y los juegos habían perdido su inmersión para él; el trabajo en la realidad era una actividad mucho más estimulante y requería un esfuerzo a largo plazo que los juegos no podían emular. Aún así, y miles de ciclos más tarde, aún continuaba la leyenda de Ifiok cuando aparecía algún jugador anónimo y ganaba la partida sin dejar rastro. El turno llegó al líder de los guardianes, Han. Aún mayor que Ifiok, su avanzada edad no ayudaba a que sus protocolarios y rutinarios informes adquirieran un aliciente del que carecían hacía miles de ciclos. Las tareas de su grupo en el extremadamente controlado entorno cerrado de la misión Pioneros habían sido reducidas a la logística y a la supervisión de inadaptados en las vigilias. La aburrida reproducción audiovisual repitió como de costumbre el inventario de robots y vehículos para la próxima exploración del planeta y las guías de seguridad para las expediciones. Cuando terminó, y para desesperación de los asistentes de la asamblea ya impacientes por marcharse, su segundo tomó la palabra. Kurt creía recordar que se llamaba Pedro: parecía algo más joven que él mismo, con aspecto de pertenecer a un grado cultural de alguna región del Mediterráneo y de rasgos ordinarios a excepción de un exótico y ancho bigote. - Requiero marcar el resultado de la votación de la propuesta "GH-1" de este ciclo. Anticipo que los ciudadanos no han escaneado bien su contenido. - Ifiok, extrañado ante la interpelación de una votación, activó su oráculo y operó la pantalla principal para centrar en ella la propuesta y los resultados. Al empezar el largo discurso de la propuesta de armamento, suspiró ostensiblemente. - La propuesta ha sido rechazada por 62% a 11%. Es un resultado muy sólido. - dijo el líder de los ingenieros mirando fijamente al guardián. - Pero impresiono que no se ha escaneado con interés los datos contenidos en... - Quizás causado por el formato y contenido obsoletos. - cortó Ifiok. - No puedes debatir el contenido de una propuesta sin marcar una petición. - replicó irritado Pedro. - Puedo si se marca a revisión su votación; escanea el reglamento, su formato tiene video. - Un murmullo jocoso se escuchó en el cubículo. El líder de los ingenieros continuó, más exasperado que sardónico. - Y puestos a debatir, adjunta más información de los últimos 6000 ciclos o... - Ifiok hizo una pausa mientras calculaba - ...casi 200 de los antiguos años en los que han dejado de existir las armas personales en la Tierra. - El joven guardián se quedó bloqueado buscando una respuesta, visiblemente enojado. El líder de los guardianes, Han, intervino nervioso: - Anticipo que es mejor que se revise la propuesta por parte de su actor y se debata por los canales normales... durante el siguiente ciclo. - Ifiok asintió tajante. - La asamblea ha terminado. --- Kurt se recostó en el sillón de operaciones, cerró los ojos y se masajeó el cuello. Los niveles de energía estaban al 58%, un nivel excelente si se tenía en cuenta que llevaban desacelerando casi 30 ciclos. Aunque su tarea era detectar patrones inusuales en la fluctuación de la energía a los diferentes subsistemas de la nave, se puso a consultar datos básicos de navegación para refrescar algunos conceptos. Accedió a la base de datos general de la misión Pioneros y abrió el cluster de travesía: varios bloques de información primaria aparecieron ante su oráculo y se dirigió hacia los entornos del viaje en sí. Un entorno holográfico del recorrido de la nave desde la Tierra a Calima apareció ante sus ojos: verlo a través del oráculo ofrecía una capacidad informativa muy inferior a acceder directamente vía experiencia desde su generador. Empezó a manejar torpemente la simulación del viaje mediante sus guantes de operaciones y reacciones visuales de su visor. Durante las primeras horas del ciclo de vigilia siempre le costaba adaptarse a los controles manuales y los comandos verbales en lugar de las mucho más precisas y rápidas impresiones; pero también le resultaba divertido de algún modo, como al entretenerse con algún juguete antiguo con el que se coge soltura rápidamente. El entorno empezó a mostrarle datos mientras manipulaba la simulación. El viaje había durado 2839 ciclos y faltaban 3 más para llegar a Calima, el satélite habitable del planeta Rubra Fulgur I. La velocidad y brillo de la trayectoria mostraba la aceleración inicial de 11 ciclos hasta llegar a 0.3c de velocidad, en la que todos los tripulantes estuvieron recreando para evitar las fuerzas gravitatorias, y la desaceleración actual de 30 ciclos para permitir los turnos de vigilia normales en una más lenta aproximación al destino de la misión. También mostraba la fluctuación de velocidad durante el incidente de la colocación del segundo satélite reflector de comunicaciones hacía 2212 ciclos y el brusco parón por el accidente de la sobrecarga de la nanomalla 327 ciclos atrás provocado por la negligencia de Michael, su supervisor durante sus primeros ciclos como ciudadano. Expandió el icono de la nave para acceder a la información sobre la energía: el entorno lo agrandó para centrarse en su esquema y la nanomalla que la rodeaba. La forma entre esférica y elíptica del transporte durante el viaje, formada por la unión de un gran número de estructuras móviles idénticas de forma cúbica alrededor de un centro hueco, se definió ante sus ojos. Al escoger la opción de sistemas, la simulación resaltó varios componentes primarios: el núcleo transformador/reactor principal en el centro, que también generaba el campo electromagnético de la nave; el cinturón rotatorio de cubículos responsable de la gravedad durante los turnos de vigilia; los satélites primario y secundario colectores de radiación cósmica, integrados en la estructura durante el viaje; y finalmente, la nanomalla rodeando todo el conjunto, encargada de la conversión en energía cinética de los microimpactos, la absorción de átomos de hidrógeno y de la protección general del transporte. Kurt no era un experto en física o ingeniería espacial, pero comprendía la mayoría de los conceptos básicos y bastantes de nivel medio. Fundamentos y mecánicas de la ciencia eran fácilmente aprendidos por todo el mundo en experiencias personalizadas: poder observar y generar sensaciones sobre todos los sentidos en simulaciones realistas transmitían conocimientos a un grado muy superior respecto a cualquier época anterior de la humanidad. No era lo mismo leer tediosas teorías sobre astrofísica que convertirse en un cuerpo celeste y sentir las grandes distancias, fuerzas y movimientos del espacio; o estudiar aburridos textos sobre el cuerpo humano comparado con acceder a una célula a nivel nanométrico y ser testigo de todas sus reacciones y procesos. Indicó a Omega que guardara algunos valores sobre los niveles de energía durante la travesía y volvió a su informe. Todo seguía dentro de los parámetros esperables y no observó ningún patrón extraño en los datos. Tras un instante, y más por curiosidad que por necesidad real, decidió añadir un pronóstico situacional a sus registros. Preguntó directamente a la IA: - Omega, al llegar a Calima, cuánto duraría la energía si orbitamos el planeta sin desplegar los satélites colectores? - Con la utilización actual de los sistemas 28.7 ciclos aproximadamente. - La voz artificial de su fragmento de Omega mantenía sus preferencias del generador. - Qué fuentes alternativas de energía podríamos conseguir? - Kurt se acarició la incipiente barba que empezaba a desarrollarse fuera del tanque de recreación. Desde joven había elegido un aspecto predeterminado de cabello algo largo y barba de pocas horas que durante la vigilia crecía ligeramente de forma natural. Sus amigos lo relacionaban con su grado cultural nórdico, aunque él no recordaba ya los motivos de la elección. Tras unos instantes, Omega respondió: - Teniendo en cuenta los datos obtenidos hasta ahora del sistema Rubra Fulgur, hay varias opciones preliminares para la recolección de energía. - Varios diagramas y menús holográficos surgieron ante sus ojos, centrados en las inmediaciones de Calima, su planeta anfitrión Rubra Fulgur I y la propia enana roja Rubra Fulgur. - Las más efectivas serían construir un colector de radiación electromagnética procedente de la estrella principal y fabricar un reflector de impulsos de la posible energía geotérmica del planeta. - Cuánto tiempo requeriría? - Siguiendo los indicadores de productividad de las diferentes secciones, entre 1.8 y 2.3 ciclos. - contestó Omega tras un instante. - Cómo afectaría a los sistemas de la nave? - indagó Kurt. - Requeriría el 17% de las reservas de aluminio y... - No, eso no. - interrumpió el ingeniero. Operó de nuevo los guantes por los diagramas de la IA y le indicó la creación de un código mediante bloques pregenerados. Omega comprendió el objetivo final, depuró el código y realizó los cálculos. - Se conseguiría energía suficiente para mantener entre el 90% y el 80% de las rutinas actuales de la tripulación, hasta desplegar los satélites. - dijo mientras mostraba algunos gráficos detallados adicionales. Así que no habría un impacto importante en cualquier caso. Kurt añadió de todas formas la información adicional en un anexo. Había estado trabajando algo más de 2 horas y ya había terminado la mitad de las tareas asignadas para todo su ciclo de vigilia. Seguía resistiéndose a dirigirse a algún cubículo de recreo para jugar con sus amigos y, a pesar del sugerente encontronazo con Aditi y de haber guardado el nombre en su directorio, no se hallaba de humor para unirse a nadie. Su estado de ánimo le recordó que tenía que programar una cita con Raina en unas horas, tras descansar. Se desconectó del sillón de operaciones y buscó el habitáculo más cercano con su oráculo. Afortunadamente había uno cerca y al 54% de ocupación. Salió del cubículo de trabajo donde se encontraba y se dirigió a su destino atravesando varios módulos más. Al llegar localizó un tanque libre en su visor y subió a la plataforma indicada. Se despojó de su ropa, oráculo y [zeichen] y los colocó en los compartimentos situados debajo. Al reservar el tanque con un comando, la IA comprobó silenciosamente que podía disfrutar de un descanso y abrió la cápsula. Kurt se tumbó sobre el acolchado y la [bouillie] empezó a inundar el compartimento: el gel se ocuparía de sus necesidades y limpieza. --- - Ahhh, Kurt, por supuesto. - Raina señaló el asiento vacío delante de ella. - Descansa, tengo que registrar algo. La investigadora siguió trabajando en su sillón de operaciones durante un par de minutos. Kurt se sentó e intentó observar sus alrededores para evitar el aburrimiento, pero el pequeño rincón del cubículo de trabajo tenía un aspecto totalmente aséptico y funcional. Desplazó rápidamente su atención a la terapeuta, que operaba con gestos veloces y decididos con sus guantes y oráculo. Raina tenía el mismo aspecto andrógino y fibrado común entre la gente, pero de estatura ligeramente inferior. Su pálida piel y claro cabello lacio suavizaban sus marcadas facciones, pero era su mirada la que otorgaba la mayor dureza a su apariencia: unos ojos penetrantes que el ingeniero sabía bien que nunca variaban ni se adaptaban a cualquier expresión que el resto de sus rasgos estuvieran transmitiendo. Kurt no había visto que hubiera llevado ningún [zeichen] jamás. Raina se quitó los guantes del sillón de operaciones y se encaró hacia él. Justo un instante después recordó que llevaba puesto su oráculo y se subió el visor. - Olvidé que es tu [vkus] hablar en las vigilias. - Eres tú quien es [top] hablando. - sonrió Kurt. - Viene con el empleo. Algunas personas con las que conecto tienen problemas con la adaptación o las transiciones. - Aún no registro por qué no eres ciudadana empleándote tanto. - Kurt sabía que Raina atendía como terapeuta a bastantes personas, incluídos algunos casos graves de divergencia realista o disociación temporal. Más que suficiente para cumplir las horas cíclicas requeridas para ostentar la ciudadanía. - Recuerdas mi opinión sobre la administración: el 99% es cosa de Omega. - Y aceptas [lagom] el resultado del juego? - Kurt volvió a sonreir, conociendo la postura de la investigadora sobre algunos temas. - Ahhh, ya escaneo. Has conectado en busca de un duelo. - La boca de Raina esbozó una sonrisa cómplice, pero sus ojos se mantuvieron completamente inalterados. - Requieres actualizar ideas; pero es por [ennui] o para evitar otras? - Puede que sólo requiera hablar contigo después de... cuánto, 30 ciclos? - El ingeniero levantó las manos en un gesto inocente. - Sí, 3 turnos de vigilia, pero conectamos hace 14 ciclos en una experiencia desarraigada. Kurt se extrañó de que Raina hubiera examinado las impresiones de una experiencia desarraigada: al fin y al cabo, la intención tras ellas era que no crearan recuerdos en el cerebro. Con las personas simulando la mayor parte del tiempo en entornos y vivencias dispares, gran parte de las experiencias recreativas eran en formato desarraigado, sobretodo a medida que envejecían. Pero Omega almacenaba las impresiones acontecidas, que podían diferirse posteriormente si se deseaba; generalmente la gente sólo lo hacía si realizaba búsquedas similares a alguna experiencia ya vivida o si la IA había registrado una gran excitación/satisfacción durante la misma. - Ah sí? De qué trataba? Por qué la diferiste? - Suelo examinar las experiencias en las que conecto con personas conocidas o algunos de mis pacientes. El entorno era una mina-prisión en un asteroide y tú acababas siendo el líder de la rebelión alienígena contra los esclavistas, otros alienígenas. Era una partida multijugador generada por Omega para algún amigo tuyo, porque jugaban varios de ellos, y me conectó por estar en tu directorio. - La terapeuta alcanzó su frasco de bebida y tomó un trago. - Nada importante. Estoy esperando, dale al play. - Raina se recostó cómodamente en su asiento. Kurt también bebió y jugueteo con su frasco un instante antes de continuar. - No estoy seguro. Anticipo que es la idea de estar llegando a Calima y la intuición de que no va a actualizar nuestra existencia. Eso es bueno y malo, impresiono... - El ingeniero se quedó en silencio, intentando explicar infructuosamente otras sensaciones y dudas más complejas. - A ver, comprobemos el estatus: misión Pioneros, la tercera tras Fundadores y Exploradores, ideadas para expandir la humanidad a las estrellas. 1 millón de voluntarios, atraídos en su mayoría por los nuevos modelos de IA especializadas en experiencias recreativas, como nuestra Omega Guardian v3. Eso fue hace casi 3000 ciclos. La mitad de ese tiempo después nacemos nosotros, ya en tránsito, como el 95% de la tripulación actual. Nunca hemos estado físicamente en un planeta y requieres si será diferente. Si sentirás algo diferente. Raina guardó silencio unos segundos, su mirada igual de impasible. Kurt aprovechó para beber un poco al darse cuenta de que la investigadora parecía estar pensando intensamente en cómo continuar o quizás algún otro tema relacionado. Al poco, la terapeuta continuó: - Mmm, no podemos anticipar lo que se sentirá, pero podemos intentar deducirlo desde el pasado. Has escaneado los informes que transicionan de la Tierra: los últimos descubrimientos permiten a la gente vivir 5 veces más tiempo recreando experiencias que en la vigilia. Y eso sin contar los posibles desarrollos ocurridos durante el retraso de 1000 ciclos entre comunicaciones. El porcentaje de ciudadanos ha descendido allí al 3%: quién requiere perder el tiempo en la realidad, mucho menos aún ahora? Si hasta la ciudadanía que queda ha ido reduciendo poco a poco el mínimo tiempo de vigilia requerido de 1 de cada 10 ciclos a 1 de cada 20. Entonces, qué anticipo que ocurrirá cuando lleguemos a Calima? Lo mismo. Nos estableceremos en el planeta, lo estabilizaremos para garantizar nuestra supervivencia, recibiremos las mejoras de la IA y seguiremos recreando como hasta ahora o más aún. Kurt no detectó ningún tipo de emoción, positiva o negativa, en la voz de Raina. Tampoco las sentía él: sabía que la realidad objetiva tenía un valor limitado respecto a la capacidad de recrear infinitas realidades totalmente indistinguibles de la auténtica. Casi todo el mundo durante su juventud tenía alguna crisis de identidad y decidía mantenerse en vigilia más allá del mínimo requerido; la mayoría no solía durar ni 3 o 4 ciclos en la restringida realidad comparada con el elevado umbral de entretenimiento que la recreación ofrecía. - Pero y los registros que reproducen que los recuerdos de experiencias recreadas a mayor velocidad son diferentes? "Difusos". - Kurt pronunció la palabra, muy poco común, torpemente. - Escaneé el informe. Grabé unos datos, espera. - La investigadora se colocó el oráculo e indicó a su fragmento de Omega que accediera a sus notas. Tras reproducir brevemente la información, levantó su visor. - El 27% de los voluntarios sintieron que sus recuerdos les parecían impresiones desconectadas, enfocadas en los detalles importantes y con poca continuidad. El resto no registró ninguna diferencia aparente. Se votó actuar un segundo informe con voluntarios de control recreando experiencias a velocidad normal y un 14% de ellos, sobretodo en la capa de más edad, registraron la misma sensación. Impresiono que es un problema de la cantidad de recreaciones y los límites de la memoria. - La terapeuta encogió los hombros. - Cómo son tus recuerdos, Kurt? - El tono de la pregunta era retórico, pero le hizo plantearse la premisa durante un instante. El problema de los recuerdos era la otra de las dudas que atenazaba al ingeniero. En su caso, no estaba seguro de que el nivel de detalle fuera lo más relevante, sino el continuo cambio de contexto y tipos de experiencias. Convertían la memoria en una lista de las mejores impresiones puntuales ordenadas por su potencia-originalidad-excitación en entornos y situaciones muy diversas, con una secuencia secundaria de recuerdos más débiles y generalistas de todos los tiempos intermedios. Kurt se preguntó si no había sido así en todas las épocas de la humanidad, simplemente con menos diversidad. - Puede que sea parte de lo que anticiparía para Calima: un entorno más extenso que permita acciones más sólidas, más... reales. - No supo explicarlo mejor con palabras. - Ahhh, la persistencia. Deseas acciones con consecuencias duraderas que tengan efecto en tu existencia. Apareces de nuevo como Kurt el romántico. - La sonrisa y el sonoro humor de la voz de Raina no inmutaron lo más mínimo su mirada. - Todos los seres humanos han deseado y siguen deseando eso periódicamente, pero recuerdas tan bien como yo que ese camino pronto se convierte en [ennui] para unos pocos [kuaile] y en frustración para el resto, la gran mayoría. La impresión que requieres no ha existido nunca o tiene un formato mucho menos sólido de lo anticipado. - "Romántico", "frustración"... - Kurt repitió ostensiblemente las muy infrecuentes palabras, con una mezcla de admiración y pomposidad. - Dónde encuentras todas esas palabras? - Creo que soy una de las pocas personas del universo que aún lee a veces. Es exactamente otra de esas acciones que promete mucho... hasta que te lleva al [ennui] o te ofrece datos mucho menos sólidos de lo anticipado. Puede que yo también sea una romántica. - Raina realizó una mueca poco convincente. - Pero sobre la impresión anterior: quizás requieras una recreación profunda? El ingeniero torció el gesto. Su única experiencia con las recreaciones profundas había sido cuando era joven, antes de convertirse en ciudadano. Las recreaciones profundas eran un tipo de experiencias en las que se accedía a un entorno por un tiempo preestablecido pero con las nanomáquinas inhibiendo el acceso a los recuerdos y con un volcado de impresiones inicial seleccionado. Básicamente permitían vivir otra vida durante un largo tiempo. El máximo permitido actualmente eran 150 ciclos, aunque cuando Kurt realizó la suya eran 50. Aficionado a las recreaciones de supervivencia y la fantasía medieval, pasó esos 50 ciclos recreando su vida en un mundo fantástico como explorador, vagabundo y mercenario a sueldo en las constantes guerras fronterizas entre varias regiones. Como las recreaciones desarraigadas, al volver a la realidad no se tenían recuerdos de nada de lo sucedido por motivos de salud mental, pero se podían diferir las impresiones si así se deseaba. Eso fue lo peor en su caso: poder comprobar que su vida se había desarrollado sin problemas durante ese tiempo, convirtiéndose en líder de una banda de mercenarios y viviendo aventuras en un entorno diseñado para sus gustos más específicos sin percatarse en ningún momento de que vivía en una simulación... No volvió a realizar una recreación profunda. - No es mi [vkus]. - cortó Kurt. Raina lo observó impasible durante un instante. - Ya registro. Te acercaste demasiado a la verdad? - Raina sonrió cómplice. - "Ahhh" - imitó el ingeniero - Ya aparece Raina la paranoica. Qué es, la teoría de la simulación global? - Ahora fue él quien tomó un trago de su bebida y se arrellanó en su sillón para la inminente sesión de especulaciones conspirativas. La investigadora hizo una mueca de falsa indignación antes de responder: - No reproduzco sobre la simulación global: esa teoría ha existido desde antes de las recreaciones y sigue siendo tan válida, indemostrable e irrelevante. Son las coincidencias y los datos secundarios sobre nuestra misión. Graba esto: la mayoría de los voluntarios de Pioneros se conectaron por el nuevo prototipo de IA especializada en juegos, que prometía nuevas experiencias cientos de ciclos antes de que se implementaran en la Tierra. Nuestra IA era teóricamente capaz de permitir a los tripulantes recrear 3 veces más tiempo, pero... - La investigadora señaló a Kurt con la mano para que prosiguiera. - No era estable: muchos voluntarios sentían que sus recuerdos parecían impresiones inconexas, como reproduce ese informe reciente. - concedió Kurt. - Y si no fuera verdad? Y si realmente estuviéramos recreando? Puede que estemos aún a mitad de trayecto hacia Calima y estemos jugando una recreación profunda desde hace cientos de ciclos. Ese tipo de nueva experiencia prometida por la misión. O puede que estemos en una recreación desarraigada en la que llevamos mucho menos tiempo del que creemos y nuestros recuerdos hayan sido preestablecidos. "Cómo son tus recuerdos, Kurt?" - La voz y expresión de Raina había adquirido una intensidad semejante a la de su mirada. - Poco probable, demasiados agujeros. Registro el bonificador de ese entorno para los tripulantes de la misión, pero hay aspectos que rompen la inmersión. Por qué simular las vigilias? O emplearse? - Tú lo has reproducido antes: para dar un mínimo de consistencia a una secuencia constante de experiencias en contextos muy variables. - Y por qué dar acceso a datos que puedan resolver la partida, como esos informes? - Es muy probable que la realidad no sea muy diferente a esta simulación y la IA siga manteniéndonos informados de los eventos para que podamos adaptarnos a ella cuando la partida termine. Y también servir como desencadenante para terminar con la participación de uno en la experiencia si detectamos un problema grave que requiera nuestra presencia en la realidad. Como cuando un sufrimiento extremo o la muerte termina con una recreación profunda. - Raina respondió sin titubear; era obvio que había estado pensando en ello con asiduidad. Kurt meditó por un instante su respuesta, pero tenía más dudas: - Sigue siendo difícil a nivel tecnológico. Omega no es inteligente, es un programa. El código es accesible y alguien se hubiera dado cuenta ya. - argumentó el ingeniero. Pero ya estaba cuestionándose la solidez de esa afirmación antes de que la terapeuta respondiera: - Cómo de complejo y extenso es ese código? Y no podría recrearse una copia sin las partes más reveladoras? - Raina titubeó más en esa respuesta, más alejada de sus conocimientos. - Mmm... no estoy seguro de que pudiera resistir un análisis profundo... - Kurt se quedó pensativo, obviamente intrigado por la propuesta. - Bueno, simula que hemos encontrado algo con lo que entretenerte y luchar contra tus dudas existenciales. - La risa de la investigadora sonó con una calidez que sus ojos no reflejaron. --- Kurt salió del cubículo de trabajo caminando lentamente. Había tratado esos temas con Raina anteriormente, pero esta vez estaban conectando en su mente; a demasiada velocidad, incluso. Se descubrió buscando un módulo con sillón de operaciones de ingeniería libre cuando el recordatorio periódico de la unión apareció en su interfaz. Suspiró ruidosamente: en estos momentos no le seducía en absoluto la idea de ir a encontrarse con sus amigos y juntarse con ellos. - Mal estatus, Kurt? Problemas de adaptación? - dijo alguien mientras le daba unos amistosos golpecitos en el hombro. El ingeniero se giró sorprendido y se encontró delante de Yong. - Yo...! Ehm, Wang, [sumimasen]. - Recordó a tiempo que pocos sabían que el delgado y algo bajo joven de piel ligeramente morena era el célebre guerrero Yong de los guardianes. - Estaba desconectado, me ha aparecido el recordatorio de unión. Qué actúas aquí? Me buscabas? - No, estaba en sesión de "ejercicio". - pronunció la palabra lentamente, dada su rareza. - Ahora iba a jugar a la galería, pero te he escaneado aquí, bloqueado. - El joven sonrió amigablemente. Kurt se percató del ligero sudor que recorría el cuerpo del guardián. La combinación de los estímulos musculares y nerviosos de la nanomáquinas junto a la capacidad de la [bouillie] de alterar su densidad y presión sobre el cuerpo permitían a la nave mantener a los tripulantes en un estado físico óptimo mientras recreaban. Pero a pesar de lo exótico que resultaba que alguien realizara ejercicio real, no le extrañó en absoluto que Yong fuera uno de ellos: la filosofía personal del joven, cuyo nombre real era Wang, no le permitía desatender su preparación de combate. Había conocido al joven en una experiencia multijugador desarraigada que trataba de defenderse de una invasión alienígena en un futurista planeta colonial: una versión defensiva del clásico “Invasión Simbionte”. Kurt había aparecido como un zapador en uno de los pequeños fuertes o bases militares, junto a otros cien jugadores procedentes de los diferentes grupos de la sección. Los guardianes enseguida enfocaron la experiencia como un conflicto bélico clásico. Al menos hasta la primera noche de asedio, cuando los alienígenas mostraron ser extremadamente superiores en la lucha directa. Tras perder al 50% de los efectivos y la súbita evaporación de liderazgo guardián, la mayoría de los jugadores daban la partida por perdida y se dedicaban a culpar a éstos por su estrechez de miras habitual. En medio del caos, Kurt propuso un plan para utilizar el entramado de túneles subterráneos que unían las diferentes bases para atraer a los enemigos y tenderles trampas y celadas. Sin caer en las provocaciones de los otros grupos, ofreció a los guardianes restantes, Yong entre ellos, un sitio en el plan de la misma importancia que el resto. El guardián, frustrado por el entorno tecnológico y la poca relevancia de sus capacidades en él, quedó maravillado por la iniciativa, astucia y trato del ingeniero. Ciclos más tarde, un joven desconocido llamado Wang conectó con Kurt en la vigilia y le explicó la experiencia que había diferido. Le confesó que era Yong y quería pedirle ayuda para enfocar su acceso a la ciudadanía. El ingeniero aceptó y guió al guardián a través del proceso, durante el que descubrió la extraña filosofía del chico: de grado cultural asiático, Wang era un ferviente seguidor de una curiosa mezcolanza personal de códigos de conducta antiguos como el bushido, confucionismo, el arte de la guerra... incluso partes del código de caballería occidental. Paralelamente, su disciplina y devoción a las artes marciales de todo tipo eran sorprendentes. El guardián obtuvo su acceso a la ciudadanía y corroboró su admiración hacia Kurt por su natural y clara forma de explicar las cosas, sin diferencia de trato por ser él de otro grupo o una celebridad. Su buena relación se mantuvo incluso cuando ciclos más tarde el joven abandonó la ciudadanía; humilde y siempre cortés, Wang nunca aclaró la razón al ingeniero, pero Kurt siempre sospechó que las tareas de los guardianes debían ser en extremo arbitrarias y absurdas para su personalidad. - Hey, por qué no te conectas? Podemos comer y luego jugar unas partidas en una galería. Y si escaneas alguien interesante resuelves la unión. Vamos, estás invocado: ya te emplearás el resto del ciclo. - Yong le empujó amistosamente hacia el siguiente cubículo. Kurt aceptó, sonriendo. Cruzaron un par de cubículos hidropónicos en mantenimiento antes de llegar al de recreo y subir al comedor. Almorzaron y charlaron de sus últimas experiencias, en particular de las que habían compartido. No jugaban juntos a menudo: Yong seguía un riguroso plan de experiencias competitivas, generalmente de combate, que eran más comunes en el grupo de los guardianes. Al fin y al cabo era una celebridad por algo. Pero de vez en cuando se unían a alguna experiencia del otro, incluso a veces bajo su identidad verdadera de Wang: el joven apreciaba el tono habitualmente más cooperativo y cerebral de las recreaciones del ingeniero y Kurt disfrutaba ocasionalmente de las recreaciones de duelos, entrenamiento y meditación del guardián. - Casi me eliminasteis en la última experiencia de grupo. - ofreció Yong cortésmente bajando la voz. - Te refieres a la herida menor que te hicimos en la pierna entre siete jugadores? - Kurt enarcó una ceja, absolutamente escéptico. - El plan era bueno, con los dos que llevaban hachas arrojadizas a cada lado. Pero hubiera sido [top] si uno de los guerreros hubiera intentado... como es? - Wang titubeó un instante, tratando de recordar. - Trepado, eso: hubiera intentado trepar el muro al mismo tiempo. - Eso sólo hubiera incrementado nuestras posibilidades del 1% al 5%. Eres "el [puto] Yong". - Kurt imitó susurrando a los admiradores del joven. - Me habéis ganado en otras partidas. - El guardián se encogió de hombros. - Sin contar las que te rendiste por cosas de tu código, dos veces. En la última éramos cuatro jugadores contra ti y fue porque quedaste atrapado en un agujero de barro con Kseniya y la pierna desactivada por mi trampa. No recuerdo la experiencia como una victoria. - Una victoria es una victoria. - Yong alzó las palmas obstinado. - Y reproduciendo de juegos: bajamos a la galería? Bajaron a las plataformas inferiores del cubículo de recreo, la galería. De diseño muy diferente al resto de módulos, constaba de nueve plataformas ordenadas aleatoriamente en cada cubículo bajo la décima, que era siempre el comedor. La mayor parte de las plantas consistían en laberínticos pasillos que unían salas de diferente tamaño con suelos y paredes acolchados, algunas con cómodos asientos colectivos, otras con cojines diversos o con retículas de juego. Dos de las plataformas contenían una gran sala común; en varias de ellas se realizaban sesiones temáticas que cambiaban periódicamente entre cubículos y ciclos. La mayoría de los tripulantes pasaba gran parte de la vigilia en ellos. Yong dirigió a Kurt a una plataforma con una retícula de juegos libre. Bajaron un par de niveles, incluido uno totalmente a oscuras excepto unas tenues luces rojas de emergencia en los pasillos donde al parecer había algún tipo de orgía programada. Cruzaron los intrincados pasillos siguiendo las indicaciones del oráculo del guardián mientras pasaban por estancias con gente hablando, jugando, follando o disfrutando de las drogas recreativas. Aunque había algunas personas solitarias, la mayoría aprovechaba la vigilia para relacionarse con la gente; la cuota de unión también empujaba sutilmente a la tripulación a gravitar hacia los cubículos de recreo, ya que era más sencillo encontrar a alguien dispuesto aquí. Finalmente, llegaron a una estancia mediana vacía con retícula de juego. Se pusieron dos de los delgados y ajustados monos completos de jugador colgados en las paredes, caminaron hasta el centro de la sala totalmente acolchada y activaron sus oráculos, conectándose a la retícula de juegos. - Unos duelos tú y yo antes? - El guardián recordaba que Kurt prefería calentar antes de empezar las partidas multijugador. Kurt asintió, estirando sus músculos. El oráculo del ingeniero desplegó a su alrededor el escenario virtual del claro de un frío bosque invernal. Vio a Yong convertido en una especie de guerrero sajón y a él mismo como un saqueador vikingo. Desenvainaron las armas, mientras los monos aplicaban cierta presión para simular las fuerzas y los pesos. Toda la simulación era extremadamente decepcionante en comparación a las recreaciones, pero el objetivo de las retículas de juego era más la diversión entre los presentes que la inmersión realista. - Eres mejor que muchos colegas guardianes con ese hacha, Kurt. - apreció Yong tras un par de combates. Kurt agradeció el cumplido. Jugar con el joven guardián siempre era divertido: a pesar de su clara superioridad siempre se ponía a un nivel de desafío adecuado para con su contrincante y, en el caso del ingeniero, se mostraba respetuoso y honestamente didáctico. - Y con el arco. No estoy seguro de cómo, pero simula que he grabado tus tutoriales al fin. - Sí? Dale al play. Jugaron una partida cooperativa multitudinaria contra otros grupos, como dos guerreros samurai defendiendo un castillo contra el improbable ataque de un clan ninja. Kurt mostró su destreza con el arco abatiendo a un par de ellos antes de que otro consiguiera asesinarle por la espalda. Wang jugaba con su identidad real, como de costumbre en las vigilias, más interesado en divertirse y enseñar al ingeniero y a los demás que en ganar él mismo. Era un combatiente siempre honorable: a menudo se dejaba ganar ante un oponente muy inferior pero entregado o justo; pero se convertía en una imbatible trituradora de egos contra oponentes confiados o chulescos, incluso humillando a los más descorteses haciéndoles parecer torpes y desmañados. Tras una última partida de corsarios en un abordaje, Kurt decidió tomarse un descanso e ir a buscar un par de bebidas mientras Wang se apuntaba a un torneo de tiro con arco. Al subirse el visor del oráculo vio que en su sala habían entrado tres personas más, una de ellas jugando y otras dos visionando su partida mientras reían visiblemente afectados por las drogas. Salió al dispensador del pasillo y se encontró dos chicos desnudos dando rienda suelta a su pasión contra una pared a apenas un metro de él. Probablemente una pareja y muy jóvenes, pensó el ingeniero, dado su ímpetu. Sirvió las bebidas y volvió a la sala, dejando la de Yong en una repisa extensible; Kurt comprobó momentáneamente en su oráculo que el joven seguía concentrado en el torneo, en una cruzada personal contra un guardián prepotente que iba a terminar muy mal para el orgullo de este último. Ligeramente excitado por la fogosidad de la pareja del pasillo, se encontró buscando en la interfaz a sus conocidos cuando le sorprendió ver que Aditi estaba en otra plataforma del mismo cubículo de recreo. "Bueno, tengo que aprovechar mi estado de ánimo", se dijo Kurt. --- Bajó un par de plataformas hasta encontrarse en una comunal. Multitud de grupos llenaban la sala, el más grande bailando en algún tipo de evento o música reproduciéndose en sus oráculos. La considerable cantidad de gente hablando en el festivo ambiente llenaba la estancia de un potente ruido de fondo. Kurt siguió las indicaciones de su visor hasta llegar a uno de los rincones de la plataforma, donde encontró a Aditi sentada en los bancos extensibles con un grupo numeroso de amigos. Parecían estar hablando y divirtiéndose, así que decidió marcharse. Algo decepcionado, se movió al centro de la sala y activó la reproducción del evento: al parecer escenificaba una especie de bar intergaláctico alienígena con música electrónica. No muy convencido, desconectó su oráculo y observó a la gente a su alrededor mientras ponderaba dirigirse al nivel de la orgía a oscuras. En ese momento, el extremo de un chal rojo se posó en su hombro derecho; al girarse, Kurt se topó con la pícara sonrisa de la investigadora: - Me buscabas? - Sí. He vuelto a tener uno de esos eventos anticipando en ti y pensé que el estatus de tu oferta para solucionarlo aún era viable... - Kurt repitió la frase que había estado fraguando desde hacía un buen rato. - Ah, sí? - Aditi rió divertida. - Pero has tardado muchas horas en aparecer; llegué a pensar en que no te interesaba mi ayuda... - La investigadora recogió el extremo de su chal lentamente, con una fingida mueca de reproche. - Me buscaste? - Dos veces, pero estabas empleado o durmiendo... - La voluptuosa mujer acercó tentativamente su cuerpo contra el suyo y, al no encontrar resistencia, aplastó sus pechos contra el torso del ingeniero. - ... y no quería distraerte... -. Con los rostros aún algo alejados, Kurt agarró los glúteos de la investigadora y la alzó levemente para acercarla. Aditi dio un respingo y emitió un jadeo de sorpresa. - Estoy *muy* distraído ahora. - dijo Kurt mientras olía su negro cabello. La mujer se agarró a su cuello y le susurró al oído: - Vayamos a follar. Aditi consultó brevemente su oráculo y llevó de la mano a Kurt a la plataforma superior, hacia una estancia pequeña con algunos cojines. Al llegar al umbral, le agarró la cabeza y la bajó hasta la suya con firmeza para besarle fogosamente mientras con la mano le masajeaba ansiosamente sus genitales. Tras un instante empujó con determinación al ingeniero dentro de la sala, que trastabilló con un cojín y cayó suavemente en el acolchado, algo sorprendido pero fuertemente excitado. La investigadora cerró el panel de entrada, algo poco habitual, y ajustó la luz de la sala a una variación de colores tenues. Al girarse volvió a esbozar su pícara sonrisa y empezó a desnudarse lentamente, sin quitarse el chal y jugando con su tela para ocultar y enseñar alternativamente su curvilíneo cuerpo. Kurt se quitó rápidamente su traje de nanoelastina, algo descolocado por el despliegue de obsoleta femineidad de la investigadora. La suavidad de los movimientos de la mujer al acercarse terminaron de pronto cuando se sentó a horcajadas encima de él, se introdujo su miembro y empezó a montarle intensamente. Sus manos agarraban con fuerza el pecho de Kurt y alternaban episodios de violento placer con gestos traviesos apartando las manos del ingeniero de su cuerpo. El ingeniero no pudo resistir mucho más el lujurioso asalto y empezó a jadear con fuerza, a lo que Aditi respondió incrementando aún más el ritmo y gimiendo seductoramente: - Préñame... Kurt, a medias sorprendido por la inviable petición y excitado por sus propias fantasías sobre el tema, no pudo evitar correrse profunda y casi dolorosamente. Sus cuerpos satisfechos se mantuvieron pegados uno contra el otro brevemente, tras lo que Aditi rodó hacia un lado, dándole ligeramente la espalda. La investigadora suspiró complacida cuando el ingeniero la abrazó por detrás y se dedicó a acariciarla delicadamente varios minutos. Las uniones físicas, aunque placenteras, no podían competir con la instantánea e infinita diversidad de las recreaciones, ya fueran fantasías personales o una de las múltiples exóticas opciones multijugador. A pesar de que se había establecido una cuota durante las vigilias, la mayoría de las personas que no eran parejas o amigos solían irse cada uno por su lado rápidamente, ya fuera a buscar más opciones de ocio o directamente a descansar e higienizarse de un contacto tan cercano. Pero el ingeniero había disfrutado de la extraña unión con la sensual investigadora y, tras varios minutos de silenciosas caricias, salió a buscar desnudo algo de bebida y comida al dispensador del pasillo. Al volver, Aditi volvía a juguetear con su chal, que cubría muy insuficientemente sus formas. Se recostaron en los cojines, comieron y hablaron durante largo rato, alternando discretas caricias entre sus próximos cuerpos. La mujer era de su edad y, como supuso, de grado cultural hindú. Se había trasladado de otra sección, la 6, hacía apenas unas decenas de ciclos. Los traslados entre secciones eran muy raros ya que había muy pocas razones para ello, pero ella adujo que no estaba satisfecha con el rendimiento del grupo de investigadores de su antigua sección, que efectivamente no era de las mejores de la nave. Había sido elegida líder de los investigadores de la sección 9 tan rápidamente por una combinación de falta de candidatos y su renombre en el sector de la genética reproductiva y la clonación. Kurt bromeó sobre su elección de frases motivacionales durante el sexo y Aditi, aparte de destacar su efectividad con su pícara sonrisa, descartó relacionarla con su ámbito profesional sino a sus propias filias y fantasías. Las preguntas del ingeniero se intercambiaban con las propias de Aditi sobre él, en una fluida conversación que duró casi una hora. Cuando Kurt mostró obvios signos de recuperación bajo el efecto de las caricias de la investigadora follaron de nuevo. Aditi sorprendió de nuevo al ingeniero mostrándose sumisa y sensible, casi en extremo, lo que le empujó de nuevo a un elevado disfrute. Esta vez acabaron sudorosos y agotados además de satisfechos y se durmieron abrazados casi al instante. Al despertar, Kurt se encontró solo en la estancia. Se vistió y buscó en su oráculo el habitáculo más cercano para un descanso más profundo: sintió un placer algo infantil al ver desaparecer el recordatorio de la unión. --- - Sí, el cubículo de redundancia de datos EXR-12. - repitió Kurt mirando el código. - [Tamade] [jefe], eso está fuera del anillo de gravedad. - Kseniya resopló sonoramente, pero ya estaba en marcha. - Cómo conecta eso con la lectura manual de las baterías de los satélites? - No conecta, esa tarea ya la hemos terminado. Esto es para... - el ingeniero recapacitó un instante, pensando en cómo iba a registrar su particular revisión de la IA. - ...una revisión rutinaria de código del núcleo. - Anticipo que cuenta para mis puntos del [puto] turno. - La grave voz de la ingeniera no sonaba realmente enfadada, como sabía Kurt. - Grabo que sí, no actualices tu estatus. Habrá un guardián en ese conector del anillo hacia los cubículos estáticos: registra mi identificador ciudadano de tarea para que te deje pasar. - El ingeniero realizó varios comandos con sus guantes de operación. - Eso o lo elimino directamente. - Kurt dio un respingo involuntario ante el comentario de Kseniya, para luego menear la cabeza en silencio. Mientras la robusta ingeniera se dirigía al conector él revisó de nuevo que el programa que buscaba se encontrara en ese centro de datos. Todo el código en funcionamiento estaba al alcance de cualquier sillón de operaciones de ingeniería pero Kurt quería comprobar que la copia de seguridad era idéntica para descartar un diseño malicioso de reinicio. Era rebuscado pero la posibilidad mencionada por Raina lo era aún más. Volvió a la interfaz programática y visualizó de nuevo la jerarquía de módulos de instrucciones. Navegó hasta el código específico de la IA y exploró las funcionalidades a alto nivel. Omega era técnicamente una IA fuerte adaptativa de supervisión. Era una versión menor de las principales IAs de gobierno de la Tierra, formadas por billones de redes neuronales conectadas mediante una estructura de torsión [nántí]. La parte experimental de este prototipo eran las redes de juego distribuidas por la estructura, que le daban una enorme potencia de cálculo para el desarrollo de recreaciones. El sistema controlaba desde el componente más insignificante de la nave, pasando por las nanomáquinas, hasta la agenda de la misión Pioneros y la gestión de sus tripulantes. De hecho, gran parte de su trabajo era con los últimos, de los que atendía cualquier petición mediante fragmentos de su programa y supervisaba sus necesidades a través de los minúsculos drones. Pero a pesar de la maravilla tecnológica que representaba Omega, no era realmente pensante. Sin duda podía realizar cualquier cosa que un humano hiciera mejor que él mismo, pero sólo si éste lo había realizado antes como pauta. Podía actuar por sí misma, pero sólo bajo los parámetros que habían sido establecidos en sus redes neuronales. Para la inmensa mayoría de la gente la diferencia era mínima y trataban a Omega como un mentor, un amigo íntimo o un ser superior; pero los que realizaban trabajos más inventivos o mentales como Kurt, analista de patrones, notaban más las carencias. Aún así, era probablemente muy acertado decir que la IA se ocupaba del 99% de todo, como había mencionado Raina. - Ya he transicionado, [jefe]. Estoy poniéndome el nanotraje de vacío. - La voz de Kseniya se interrumpió un largo minuto. - Conectando con el rotor. No era más fácil traer el cubículo al anillo para mantenimiento? - No es una tarea prioritaria. - respondió Kurt vagamente. La ingeniera no añadió nada más, así que siguió explorando los datos. El código de la IA era de una complejidad inabarcable, pero bien indexado y categorizado. Las explicaciones asociadas que iba reproduciendo se tornaban armónicamente desde sencillas e intuitivas a alto nivel hasta cada vez más complejas y programáticas al acercarse a la capa de instrucciones. La lógica inscrita impedía a la IA mentir a los tripulantes, pero esa norma no aplicaba a las recreaciones. Tampoco había rastros de que se hubiera activado la velocidad superior de recreación más allá de las pruebas experimentales iniciales, pero tampoco era posible darse cuenta si ya se encontraban en ese tipo de simulación. De ahí que la única posibilidad estuviera en ver la copia de seguridad de un posible reinicio de Omega, aunque tenía dudas de que no pudiera alterarse también. Mientras exploraba en busca de las dudas aludidas por Raina, Kurt se sorprendió al ver lo integrada que estaba la funcionalidad de juegos en todas las redes neuronales de la IA. Vio las directrices básicas de gestión de la tripulación en tres grupos, guardianes, ingenieros e investigadores, y las reglas lógicas para mantenerlos en una sana competición entre ellos. La idea procedía de los resultados de varios estudios en la Tierra para fomentar la productividad y sentimiento de pertenencia, considerados críticos para mantener una estructura y consistencia durante el largo viaje espacial. Muchas de las experiencias y entornos innovadores que se ofrecieron a los voluntarios de la misión Pioneros se basaban en explotar ese concepto y enfatizar la vertiente multijugador de las recreaciones. Lógico, por otra parte, dadas las diferencias entre la vida en la Tierra y en una nave de exploración planetaria, casi generacional. - Estoy aquí. Éste es el cubículo más [ennui] que he escaneado nunca, [jefe]. Cómo actúo? - Busca este panel. - Kurt envió la identificación al oráculo de Kseniya. - Panel 36c4 de la plataforma 4, panel 36c4 de la plataforma 4... - repetía constantemente la ingeniera mientras se dirigía al lugar. - Actualizado. Si hay botín aquí, no lo escaneo. - Conéctame a tu oráculo. - dijo él mientras guardaba su propia sesión. - Muy [intenso] para la primera vez, no [jefe]? No te impresionaba de esos... - La broma de Kseniya no se trasladó a su indiferente voz mientras activaba el acceso remoto. El oráculo de Kurt mostró una pantalla con el video y la interfaz de la ingeniera. La usó para conectarse al panel y obtener el código de reinicio. Lo comparó con las instrucciones en curso y vio que eran idénticas. Hasta ahí llegaba esa vía: si estaban en una recreación no podrían deducirlo por la IA, que o bien era una simulación también o bien era muy hábil para cubrir sus propios pasos. - Anticipas que me quede bloqueada mucho tiempo? - 3 largos minutos parecían ser el límite de la paciencia de la ingeniera. - No, vamos a empatar esta partida al menos: accede a los datos de los siguientes paneles... El ingeniero empezó a recitar una decena de identificadores. Al menos podría justificar la tarea como revisión del estado del código de reinicio. --- Kurt terminó de registrar su informe y la autorización para el turno adicional de Kseniya. Consultó su indicador de empleo y vio que ya había sobrepasado en algo más de una hora su cuota de ciudadano, siendo apenas la quinta décima de la vigilia. Algo cansado de la agitación de las últimas horas, decidió buscar a sus amigos para una sesión relajada de ocio. Consultó su oráculo: localizó a Nikau en un cubículo de recreo, Claire estaba realizando un turno de trabajo. Se desconectó del sillón de operaciones y se dirigió al módulo donde estaba el investigador divirtiéndose. Fue a tomarse una bebida reconstituyente al comedor del cubículo antes de bajar a la galería. Mientras esperaba que la máquina generara su pedido observó que en una de las mesas de la estancia habían reunidas unas diez personas charlando; todos eran guardianes, dedujo el ingeniero por las insignias en los trajes de nanoelastina de varios de ellos. Al mirar curioso reconoció por el bigote al que estaba hablando: era Pedro, el segundo del grupo en su sección. El tono no era festivo así que Kurt supuso que debían de estar hablando de tareas o debatiendo algo. Su recorrido visual se topó con la mujer sentada erguida al lado del orador, que le devolvía la mirada fijamente: de desarrollada musculatura, quizás incluso más que la de Kseniya, destacaba aún más por ser algo más baja de la media genérica. Llevaba el negro pelo muy corto, casi rapado, y su tez y facciones evocaban fuertemente un grado cultural sudamericano. De aspecto algo mayor que Pedro, la chica le miraba directamente con una mezcla de hostilidad y vacuidad perturbadora. La imagen le recordó a Kurt uno de los antiguos huscarls guardaespaldas de caudillos de la antigua escandinavia que había estudiado en su propio grado cultural. La máquina de comida emitió un segundo pitido más fuerte para recordar al ingeniero que su batido estaba listo, lo que llamó la atención del ingeniero y rompió el contacto visual. Agradecido por la interrupción, Kurt recogió su bebida y bajó hacia la galería. Descendió por una de las plataformas comunes, esta vez situada arriba y albergando algún tipo de evento de combate por equipos en una estancia con múltiples columnas acolchadas de diferente tamaño. La segunda tenía la habitual distribución laberíntica, donde Nikau se encontraba alojado en una de las salas con asientos colectivos. Su amigo estaba sentado lánguidamente con la mirada perdida, obviamente bajo el efecto de las drogas. Vestía su [zeichen], un exótico piupiu o falda tradicional maori, en la cintura por encima de la nanoelastina. En el sillón de enfrente había una pareja de chicas semidesnudas tumbadas juntas abrazadas, dormidas profundamente. - Amigas tuyas, Nikau? - Kurt pasó la mano delante de los ojos del investigador, sonriendo. - Oh, Kurt! Te escaneo, te escaneo. Eh? Ellas? No he conectado con ellas, ya tenían ese estatus cuando aparecí. - Los ojos de Nikau paseaban divertidos por el rostro y cuerpo del ingeniero. - Psicotrópico? Me conecto a la partida. Tipo? - Kurt activó su oráculo y se dirigió al dispensador del pasillo. Su amigo tardó unos largos segundos en enviarle la referencia. La máquina expidió un fina capa de gelatina que se puso bajo la lengua. - Por fin apareces, ciudadano. - Nikau le dejó sitio cerca de él para que pudieran hablar cómodamente. - He estado empleado, demasiado. - El ingeniero bebió el reconstituyente con cuidado de no desplazar el gel de su lengua. - Has hecho algún turno de trabajo más? - Sí, hay bastante empleo disponible: están haciendo pruebas de estrés para las terapias génicas en masa. - Nikau seguía mirándolo divertido. - Ya hay más datos de cómo es el planeta? - Tan sólo más precisos que lo que ya registramos. Toda o casi toda la superficie está cubierta de agua. Pero es un planeta rocoso y geotérmicamente activo, por lo que habrá corteza sólida a alguna profundidad. O incluso islas. La atmósfera es respirable en las capas bajas, pero sólo durante unas horas debido a la concentración superior de argón y neón. Requeriremos terapia génica pulmonar seguro. - el investigador cogió el batido de su amigo y bebió un trago, tras lo que se quedó mirando embelesado el recipiente en sus manos. "Debe de haber estado trabajando en el tema recientemente, con esas palabras técnicas tan frescas en su memoria", pensó el ingeniero. Kurt se recostó en el sillón y observó a Nikau sonriendo. De curiosa y atractiva mezcla de nativo maorí y colono británico neozelandés o kiwi, como les había puntalizado muchas veces el investigador, su carácter afable y generoso transmitía una agradable sensación de calma y bienestar. No era raro que trabajara como médico en el grupo de investigadores. Además era una de las pocas personas que sentía vocación por lo que hacía, de tal manera que incluso había renunciado a ser ciudadano para, según él, no sentir la imposición de una cuota de horas a realizar por una estúpida norma. A pesar de ello solía enterarse de todo lo que acontecía en la agenda de los investigadores, con especial interés en los cotilleos. La mención de la terapia génica le hizo recordar las guías maestras de la misión Pioneros: llegar a Calima, verificar su habitabilidad, adaptarse al planeta y expandirse por su sistema estelar. El propósito era extender la humanidad por la galaxia y evitar el riesgo de una extinción fortuita de la especie por un evento en el planeta madre, la Tierra. En el raro caso de que el planeta no fuera habitable, la nave se reabastecería de los pocos materiales necesarios y se decidiría otro destino entre los siguientes candidatos. Eso conllevaría un retraso grande en la misión e implicaría que Kurt probablemente jamás pisaría la superficie de un planeta, pero entraba dentro de lo posible. No obstante, desde que había sido descubierto casi 5000 ciclos atrás, Calima se había destacado como un excelente aspirante a planeta perfectamente habitable: satélite acoplado al planeta rocoso rico en metales Rubra Fulgur I, a su vez acoplado a la enana roja Rubra Fulgur, todos ellos llevaban en una configuración estable cientos de billones de ciclos. Su masa y densidad le daban una casi perfecta gravedad, tan sólo un 4% superior a la de la Tierra. La superficie del satélite disfrutaba de un riguroso intervalo de temperatura de 10 a 25 grados celsius, dependiendo de su posición respecto a la estrella durante su vuelta al planeta, gracias a la permanente neblina que cubría la capa baja de la atmósfera. Era gracias a esa niebla que el cuerpo celeste había recibido su nombre: un término metereológico en latín o griego, Kurt no lo recordaba exactamente, que designaba una especie de bruma del mar habitual en la región del astrofísico asturiano que descubrió el satélite. Siguiendo su línea de pensamiento, el ingeniero recordó que para el éxito de la misión debían adaptarse totalmente al planeta. Eso significaba que al menos una parte significativa de la tripulación debía bajar a vivir en la superficie del planeta, tanto para evitar una dependencia excesiva en los sistemas de la nave como para, a largo plazo, volver a enviarla a otro mundo remoto en una futura misión de colonización. Para conseguirlo los habitantes debían modificar ligeramente sus órganos para funcionar mejor en la atmósfera y eso requería alterar los genes a nivel celular a través de nanomáquinas. Aunque Kurt no era un experto en la materia entendía la idea del proceso a alto nivel: los drones modificaban el ADN de las células madre con plásmidos coligados que construían in situ e introducían mediante electroporación canalizada; luego otras nanomáquinas provocaban la muerte celular progresiva y escalonadamente de los tejidos sanos a los que substituir, mientras se excitaba a las células madre para potenciar su duplicación en nuevas células de ese tipo modificadas que reemplazaban las eliminadas. Si se deseaba que el cambio génico se transmitiera a la descendencia del individuo, también se modificaban las células germinales de modo similar. - Oh, ya te has conectado, verdad? - Nikau sonrió complacido mirando a Kurt. El ingeniero salió de su ensimismamiento y se dio cuenta de que había estado perdido en sus pensamientos un largo rato, incluso alucinando fragmentos de ellos. - Esta droga es [top]. Qué es? - Una mezcla de triptamina, cannabinoide y alcaloide. Psicotrópico, pero sin estatus reducido. Ya la usamos una vez los tres hace muchos ciclos y grabaste lo mismo. La partida terminó en un trío [intenso]. Qué has escaneado? - Mmm... anticipaba sobre la terapia génica. - Kurt se sorprendió sintiendo que había ocurrido hacía horas. - Bueno, no te bloquees: se lleva a cabo constantemente en la [bouillie]. Por eso no experimentamos ya casi ninguna enfermedad o problema del pasado. Creo que accedí a los datos biológicos hace unos ciclos y vi que la esperanza de vida es de casi 3900 ciclos. Hay personas que llegan a los 5000. Si no fuera por el estatus inviable de la mente, el número sería incluso mayor sin problemas físicos graves. - Y grabo que los investigadores no simula que tengáis prisa en solucionarlo: 3000 ciclos y no habéis avanzado ninguna fase del juego. - El ingeniero sonrió provocador. - Hay avances, pero cada vez más lentos. Como mínimo tenemos ideas, no como el desarrollo de vuestra IA inteligente, que lleva 5000 ciclos estancado. - Nikau usó uno de los argumentos de Claire para contraatacar. De los tres era la más agresiva argumentando y sabía lidiar con Kurt como nadie. - No, no, con una Claire es [lagom]. - El ingeniero levantó las manos en señal de rendición. Pensar en la investigadora trajo súbita e involuntariamente la imagen de Aditi a la mente de Kurt. - Grabo que tenéis una nueva líder en el grupo, apareció en la asamblea... - La droga exponía el obvio interés de Kurt en la pregunta, pero afortunadamente también entretenía las percepciones de Nikau y no se percató de ello. - Oh, nuestra nueva [jefe]. - El investigador usó el término como burla a los ciudadanos y sus rangos. - Aditi. Apareció hace unos ciclos, llegó de otra sección. Es una investigadora [top] en clonación y genética reproductiva. Y grábame: [top] es [top] pero de verdad; la mejor de la nave y probablemente sería una de las mejores de la Tierra. Una gran parte del grupo está muy [kuaile] con su elección. - Una parte? - Bueno, he registrado por ahí que emplearte con ella es... [intenso]. Muy enfocada en su trabajo, o le resultas útil o estás [tamade]. Los de mi especialidad médica tenemos estatus viable con ella, pero escaneo que otros departamentos como neurociencia, el de Claire, no es su [vkus]: menos turnos y energía asignados... - Qué pasa con neurociencia? - interrumpió una voz femenina desde la entrada de la sala. Claire estaba parada en el umbral de la estancia mientras observaba a sus dos amigos recostados lánguidamente sobre el asiento colectivo. Delgada y fibrada, su aspecto físico era el habitual de la gran mayoría de los tripulantes de la nave, pero sus rasgos suaves, grandes ojos y media melena castaña le aportaban un aspecto femenino más clásico. Generalmente y entre sus amigos le acompañaba una sonrisa alegre y contagiosa, pero esta vez tenía una expresión neutral en su rostro, más habitual en sus fríos arrebatos. Kurt reaccionó lentamente debido a la droga, que mezclaba la imagen presente de Claire con imágenes y recuerdos de su pasado. Los tres habían sido amigos desde hacía muchos cientos de ciclos, y fue la investigadora la que les unió fortuitamente en una recreación aleatoria. Era la que tenía más iniciativa y curiosidad para con el grupo, con un encantador carácter que mezclaba la ternura y la cabezonería a partes iguales. Habían compartido muchas cosas los tres juntos, más allá de la inicial intimidad física; y con el paso de los ciclos una conexión más profunda se había desarrollado particularmente entre la investigadora y el ingeniero. Pero desde hacía un tiempo Kurt sabía que Claire pensaba que se había distanciado, y si bien puede que así fuera, no era por las razones que ella pudiera creer. Había intentado hablar con ella sobre sus recientes sensaciones y dudas acerca de la nueva vida en el planeta y la solidez de sus acciones, pero ella no las compartía y Kurt necesitaba otros interlocutores, otros escenarios fuera de lo común para reflexionar. En un mundo donde el parentesco, la fidelidad sexual o los proyectos en común habían perdido su vínculo ilusorio, la amistad duradera era un marco de referencia muy preciado; y Claire sentía que el suyo estaba siendo amenazado. Mientras Kurt esbozaba una lenta y drogada sonrisa hacia Claire, Nikau siguió la conversación: - Oh, Claire, ahí apareces! Kurt estaba requiriendo por Aditi y le estaba reproduciendo... - La droga debió conectar alguna sensación diferida en la mente del investigador y se interrumpió súbitamente, dirigiéndose al ingeniero. - Por qué requieres sobre Aditi? - La estúpida sonrisa aún estaba en el rostro de Kurt cuando los ojos del investigador se iluminaron con una lenta revelación. - Bueno, entonces escaneo que os estáis actualizando sobre los últimos eventos. Me desconecto para que sigáis con vuestra partida. - La voz de Claire seguía con la misma inflexión neutral pero el tono había descendido a glacial. - Yo voy a conectar con los gemelos. Nos actualizamos luego... quizás. - y se marchó. Un tenso silencio se adueñó de la sala durante unos largos segundos. - [Sumimasen] Kurt... - empezó a decir Nikau. - Nada, Nikau. - El ingeniero tranquilizó al investigador con un gesto. Cargado de oscuros pensamientos, el resto del viaje psicotrópico de la droga no fue tan memorable. --- Kurt pasó el resto de las décimas de la Vigilia siguiendo el ritmo habitual de la mayoría de tripulantes: una sucesión de actividades de ocio en las galerías que palidecían en comparación a las infinitas posibilidades de las recreaciones. La vertiginosa espiral de drogas, juegos y demás entretenimientos no aceleraban en lo más mínimo la lenta agonía del paso del tiempo en la realidad y sus limitaciones. La anticipación por volver a la libertad del mundo virtual afectaba a la gente de manera desigual, pero sin duda era cuando la mayor parte de incidentes menores e intervenciones de los guardianes sucedían. El llamado [ennui] era el gran problema de su época. Durante las horas de descanso las nanomáquinas filtraban todos los excesos realizados y efectuaban las labores de limpieza y mantenimiento de los cuerpos de los tripulantes. Una tarea mucho más liviana que la recreación, cuando actuaban sobre gran parte del sistema nervioso, cerebral y muscular para inducir las vivencias virtuales en sus mentes. A pesar de que durante los ciclos de recreaciones también tenían periodos de descanso y sueño normales, eran los pequeños y tediosos procesos de levantarse, dirigirse a los cubículos a pie y perder tiempo ingiriendo alimentos los que pasaban de chocantes y graciosos a irritantes y estériles a medida que la vigilia avanzaba. El momento llegó finalmente y, siguiendo el escalonado envío de avisos por parte de Omega, toda la sección 9 se dirigió de nuevo a los tanques para sus ansiados ciclos de recreaciones. El relevo se hacía paulatinamente, con cubículos intercambiándose entre el anillo gravitatorio y la zona estática de la nave y miembros de la sección 10 despertando gradualmente. Ni siquiera el hecho de que cuando volvieran a despertarse estarían ya en órbita alrededor de Calima, el destino de su misión, atenuó en lo más mínimo el ansia de volver a las infinitas posibilidades del mundo virtual. Las primeras décimas del primer ciclo casi siempre derivaban en una eclosión de la necesidad individual de hacer algo irrealmente satisfactorio. Las temáticas variaban enormemente, como era de esperar, pero las fantasías sexuales, los juegos de historias épicas o las simulaciones de los más extravagantes poderes eran lo más habitual. Siempre centradas en uno mismo, por supuesto: el contacto con los demás en la vigilia ya había saturado a casi todos los tripulantes. Kurt escogió una historia creada por Omega, mezcla de varios argumentos clásicos, sobre el descendiente secreto de un dios cuyos poderes despiertan y le permiten liberar su tierra de sus tiránicos invasores. Drama, batallas entre ejércitos, romances entre las trincheras y su personaje convirtiéndose en rey. A pesar de que no era una recreación desarraigada y conservaba sus propios recuerdos, la sensación de vivir la trama y poder alterarla según sus deseos era estimulantemente liberadora en comparación con las restricciones del mundo real. A la tercera décima, Omega dirigió la trama a su final y recordó al ingeniero su límite de recreaciones regulares con recuerdos. La historia terminó en su heroica muerte para salvar su tierra y Kurt apareció en su generador, satisfecho. Después de la intensa conclusión de la experiencia, la perspectiva de cambiar de contexto a un entorno multijugador o emplearse se hacía muy penosa y decidió retirarse a su refugio unas horas para ordenar sus pensamientos. Tras dar la orden a Omega, apareció nadando en las tranquilas aguas de su cala. La simplicidad y quietud de las tareas manuales habituales en la playa tuvieron el efecto deseado: al poco rato se encontraba relajado mirando las llamas y sus pensamientos fluyeron con naturalidad. Claire apareció en primer lugar: su primer impulso fue enviarle un mensaje para poder conectarse y compartir impresiones para aclarar el problema. Pero enseguida le irritó tener que ser él quien tuviera que dar el primer paso, como de costumbre entre ambos. En su enfado, su mente se refugió en la facilidad con la que las cosas fluyeron con Aditi y pasó a pensar en la forma más eficiente de contactar con ella. Después de descartar impresiones puramente sexuales o demasiado tiernas, se decantó por un obsoleto mensaje de texto confiando en su intuición sobre la actitud clásica de la investigadora. Eso le recordó que debía enviarle a Raina el resultado de sus pesquisas sobre el código de la IA. Sabía que no lograría convencerla, pero también que la investigadora tomaría nota de sus descubrimientos y los tendría en cuenta. Una ligera niebla se posó en la cala al atardecer y evocó la idea de Calima en Kurt. Su conversación con Nikau le recordó lo mucho que hacía que no había examinado los nuevos datos obtenidos del planeta. Decidió configurar un recordatorio a unos 3 o 4 ciclos de la llegada para ponerse al día y asimilar los recientes descubrimientos acontecidos por la cercanía a su destino. La niebla se espesó y cubrió el cielo estrellado, trayendo consigo una noche oscura en la que Kurt se sumió en sueños sin recuerdos... --- Al despertar, Kurt ordenó a Omega desperezarle e iniciar la transición a su generador. Las nanomáquinas que navegaban en su cerebro realizaron un trabajo similar a la cafeína, bloqueando un porcentaje de los receptores de adenosina de sus neurotransmisores. El efecto empezó a notarse rápidamente, nada más sentarse en su sillón. Verificó sus mensajes. El primero, una invitación de partida por parte de Nikau mientras había estado recreando las décimas iniciales tras vigilia; probablemente se sentía aún afectado por el encontronazo con Claire y había intentado juntarse con él o a ambos en una experiencia. El segundo, un aviso de acceso a uno de los informes que había marcado con notificación: concretamente, su informe sobre la revisión del código de reinicio de la IA, leído nada más y nada menos que por el líder de los ingenieros. Tras pensarlo un rato, Kurt no pudo sacar ninguna conclusión sobre el interés de Ifiok en su informe, así que se centró en sus tareas pendientes. Envió los resultados de sus pesquisas a Raina, con una reproducción de sus impresiones sobre el asunto. A pesar de que hablar con ella era un ejercicio mental estimulante, la profundidad de transmisión no podía compararse al envío directo de impresiones. La mezcla de palabras, simulaciones, imágenes mentales y estados de ánimo era mucho más potente y sutil que cualquier conjunción de vocablos, verbales o escritos. En cualquier caso, no alcanzaba el nivel del puro pensamiento, uno de los pocos procesos biológicos aún desconocidos por la ciencia. Las impresiones tan sólo eran una comunicación unidireccional de todas esas cosas, no el procesamiento de las mismas en sí. Todo lo contrario fue la obsoleta carta de papel que envió a Aditi, si es que enviar una simulación de tal objeto podía considerarse algo realmente obsoleto. Después de darle algunas vueltas, no se le ocurrió nada excesivamente brillante y decidió indicarle en un formal y recargado inglés del siglo XVIII que se encontraba "disponible e interesado a partes iguales" de volver a conectar con ella en "cualquier momento y entorno que considerara apropiado". Tuvo que revisar la mitad de las infrecuentes palabras con Omega, a la que instruyó para que la carta apareciera en el generador de la investigadora en el momento que revisara sus mensajes habituales. Finalmente reparó en crear un recordatorio para revisar la información almacenada sobre Calima a 3 ciclos de su próximo turno de vigilia. Sabía que los datos aún no serían realmente relevantes aunque se encontraran ya a medio camino en el sistema estelar de Rubra Fulgur, pues los análisis en profundidad empezarían cuando entraran en órbita con el planeta. Pero seguro que se conocerían algunos detalles nuevos y no le vendría mal repasar todo lo conocido hasta el momento sobre el destino de su misión. Terminó con las cosas que tenía en mente y volvió a sentir el peso del aburrimiento: sabía que, tras haber estado en el mundo real, la sensación duraría un tiempo, a veces más de un ciclo entero. Examinó en la interfaz retrofuturista si ya había recibido una lista de tareas para emplearse: no había nada, como de costumbre en las primeras décimas tras la vigilia en las que casi nadie trabajaba. Fue a revisar alguna de sus recreaciones favoritas cuando su fragmento de Omega le avisó en su tono personalizado neutral y artificial que había alcanzado su límite de tiempo de recreaciones regulares y debía elegir una recreación desarraigada o profunda. Kurt suspiró y decidió revisar la lista de sus amigos y conocidos; algunos no estaban disponibles, ocupados empleándose o, mucho más probablemente, en sus propias recreaciones; otros estaban en experiencias regulares multijugador abiertas para él a las que no podía acceder en este momento por la limitación; tan sólo Claire y Kseniya habían empezado recientemente recreaciones desarraigadas, pero a la de la investigadora no estaba invitado. El ingeniero resopló ante el obvio bloqueo y visionó rápidamente la información de la experiencia en curso de la ingeniera de mantenimiento: supervivencia post apocalíptica tras el exterminio masivo de un mundo primitivo. "Kseniya en estado puro", pensó Kurt. "Por qué no?" El ingeniero indicó a la IA que le conectara. Volvió a tomar consciencia de sí mismo de nuevo en el sillón de su generador. Algo desorientado, enseguida notó la sensación de estar descansado pero desconectado, como si se acabara de despertar fresco de una noche sin sueños. Dedujo que había estado en una recreación desarraigada un instante antes de que su versión andrógina y holográfica de Omega apareciera: - El informe de tu resultado en la experiencia ya está disponible. Kurt revisó la información maquinalmente y los datos desencadenaron el súbito recuerdo de que había decidido unirse a una partida con Kseniya. La partida había tenido una duración aproximada de 4 décimas debido a la valoración de la IA de su disfrute de la misma, lo cual era bastante. Había también una serie de impresiones ordenadas por orden de la intensidad y excitación sentidas, listas para ser experimentadas en diferido. El ingeniero se dispuso a revisionar algunas, curioso, recostándose en su sillón. Revisionar impresiones en diferido era volver a experimentarlas, pero sin reacción auténtica por su parte, sino siguiendo sus actos del pasado, como al mirar una reproducción. Al no disponer de una reacción original sobre lo que estaba ocurriendo, los recuerdos que se creaban al diferir una impresión eran reales, pero se sentían desconectados. No obstante, la perfección de las sensaciones era tal que, tras un tiempo, era difícil distinguir entre ellas y la memoria real. De ahí que en general no se difirieran las recreaciones desarraigadas, pues se intentaba evitar precisamente la creación de recuerdos adicionales. El ingeniero se sintió a sí mismo escondiéndose en la jungla de salvajes y terroríficos animales mutados por cualquiera que fuera la catástrofe que hubiera acontecido en ese mundo. En otra impresión vivió su huida de un grupo de hombres que habían degenerado hasta el canibalismo, donde el brutal y directo estilo de Kseniya acababa de salvarles a ambos de ser capturados. La última impresión mostró a Kurt dirigiéndoles deprisa y esperanzados hacia la salida de un laberinto de oscuros y siniestros túneles montañosos. Al desconectar, se encontró jadeando y acelerado tras haber vivido un carrusel de emociones concentradas en pocos minutos. Al parecer sí había sido excitante e intenso. Su fragmento de Omega clasificó y guardó la recreación en su lista personal de experiencias desarraigadas y Kurt no pudo evitar fijarse en las primeras posiciones resaltadas: ahí estaba el faro de Claire. Su corazón y su mente se alejaron por sí mismos a la deriva entre las solitarias aguas que rodeaban la torre donde había tenido lugar la experiencia desarraigada con la investigadora. Ocurrió tras un tiempo de partidas habituales entre Claire, Nikau y Kurt en las que los tres cimentaron su amistad. Más allá del habitual contacto íntimo entre ellos, del cual el atractivo y solícito médico era el habitual precursor, algo más empezó a surgir entre la investigadora y el ingeniero. Fue entonces cuando ella decidió invitarle en privado a una recreación desarraigada que solía jugar a menudo. Cuando Kurt despertó 3 ciclos más tarde no recordaba nada, pero la duración de la recreación, terminada al llegar al límite permitido por la IA, le intrigó sobremanera y decidió reproducirla. Transcurría en un solitario faro donde tan sólo estaban Claire y él realizando un largo turno como vigilantes. Escenas de ellos trabajando entre risas en la construcción de una caseta adosada a la torre se sucedían entre largas noches de cómplices conversaciones y la eventual y deseada intimidad compartida. Kurt no necesitaba volver a revisionar la experiencia para recordar cada instante de la ceremonia del té que le ofreció Claire en la torre, mecidos por el infinito oleaje del oceáno, y en la que hicieron el amor por primera vez. Los detalles virtuales se hallaban grabados a fuego en su memoria, así como la desarmante sensación de que ninguno de los dos quiso que la sencilla y feliz recreación acabara. Cuando terminó de reproducir la experiencia invitó a la investigadora a su refugio; ella también había revisionado la recreación y al reunirse ambos confesaron de nuevo sus sentimientos, esta vez atesorándolos entre sus recuerdos verdaderos. Si es que la diferencia había importado en algún momento. Pero con el paso del tiempo empezó a importarle a Kurt. Mientras Claire se adaptaba sin problema a los tiempos actuales y disfrutaba de lo que compartían entre ambos, el ingeniero necesitaba saber si habría alguna diferencia en el mundo al que se dirigían. Si la gravedad de lo real tendría algún efecto en su forma de ver la vida. Una parte de sí mismo deseaba que no fuera así y abrazar la perspectiva de la investigadora, pero no podía ignorar las preguntas que anidaban en su mente y ella no podía darle las respuestas que precisaba. Cuando volvió a sentirse entero de nuevo sacudió la cabeza suspirando y cerró la interfaz. --- Kurt volvió a consultar los mensajes, pues habían pasado 4 décimas. Tenía una ligera constancia del paso del tiempo, pero en su mayor parte sentía como si hubiera hecho lo mismo hacía muy poco. Efectivamente, algunas tareas se habían amontonado en sus asignaciones como ciudadano. También había una invitación doble de Nikau y Yong para participar en la gran batalla de la novena décima, un clásico en su sección durante los ciclos regulares. A pesar de que las experiencias de grupo sólo eran obligatorias justo antes del turno de vigilia, ocurrían muchos eventos no oficiales que enfrentaban a los guardianes, ingenieros e investigadores. Incluso en las partidas multijugador menos concurridas, la IA solía establecer los bandos por grupo de afiliación por defecto. Reprodujo la descripción del evento y emitió un suspiro de satisfacción: "Batalla por Draconis". Una de las experiencias icónicas de los ingenieros, se trataba de una lucha entre tres casas nobiliarias por el control de la capital de un planeta rebelde, pero en un futuro tecnificado. La batalla se luchaba en varios escenarios a la vez: enfrentamiento espacial con cazas, choque de vehículos de combate en la superficie y un asalto de operaciones especiales en el palacio para capturar la familia de la casa rebelde. La experiencia se había jugado muchas veces y mejorado paulatinamente hasta alcanzar un balance y aleatoriedad excelentes. Por supuesto, no iba a acudir toda la sección, pero ya había 30000 reservas realizadas. Recordando su pasión por los mechs, se apuntó sin dudarlo. Empezó a revisar las tareas para ver si podía terminarlas antes del evento. Aditi no había respondido a su mensaje. Su reacción al respecto se vió interrumpida por la descripción de uno de los trabajos asignados. Más exactamente, por su emisor directo: Ifiok. No era que el líder de los ingenieros no le hubiera mandado nunca una tarea, pero siempre eran parte de un conjunto de ellas repartidas entre grupos o departamentos. Las tareas más individualizadas solían decidirse a título personal o recibirse directamente desde el supervisor asignado, en su caso Michael. Intrigado, revisó el propósito del encargo: medir la respuesta y eficiencia de Omega en varios escenarios de privación de recursos. La lista de contextos incluía el malfuncionamiento de procesadores, imposibilidad de acceso a bases de datos de conocimientos y otros problemas programáticos y de infraestructura, pero también la reducción del número de tripulantes, la eliminación de varios objetivos de la misión, etc... Era una tarea exhaustiva y poco ortodoxa, pero estaba enmarcada dentro de la categoría de revisiones de seguridad y pruebas de estrés, con lo que tenía cierta lógica. Quizás Ifiok había considerado su interés por la IA o gustó de su último informe para asignarle el trabajo. Estimulado por la novedad, Kurt estimó el tiempo necesario para concluir la tarea y observó que podía terminarla antes del evento si se empleaba a fondo. Se dio ánimos recordando el bono en puntos que recibiría justo antes de la batalla por el tiempo trabajado y se puso manos a la obra. Se recostó en el sillón de su generador y desplegó varias interfaces simultáneas. La ventaja de trabajar en el mundo virtual era que la cantidad de información sensorial era muy superior y no estaba limitada a las proyecciones del visor del oráculo o la voz de Omega. Ni siquiera la ayuda de los guantes de los sillones de operaciones podían competir con la conexión directa entre los datos y su mente: las alarmas le erizaban el pelo de la nuca, las estadísticas pesaban, los errores de código podían rastrearse casi físicamente. Dos horas más tarde seguía totalmente enganchado. Había diseñado un entorno de simulación para Omega basándose en algunos encargos similares anteriores, pero pronto comprobó que si ésta era una tarea de revisión de seguridad o prueba de estrés hacía mucho tiempo que no se llevaba a cabo. Actualizó parte del código y lo añadió a su informe. Empezó a ejecutar los escenarios requeridos y estudió las reacciones de la IA a los cambios. Los resultados empezaron a sucederse en forma de estadísticas, gradientes, simulaciones de comportamiento, etc... En algún momento el ingeniero desactivó la presencia holográfica de su fragmento de Omega, sintiéndose extraño por su presencia mientras la investigaba. Tres horas más tarde Kurt seguía recopilando información e implementando soluciones para los escenarios más complejos. La IA se encargaba de las necesidades de su cuerpo y mantenía su mente en unos índices óptimos de funcionamiento gracias al suministro controlado de drogas y estímulos, pero era su propio interés el que le dirigía. Los resultados eran fascinantemente consistentes. El prototipo Omega Guardian v3, una magnífica obra de ingeniería, había sido construido basado en un gran substrato de teoría de juegos, organización competitiva y análisis de patrones. Su respuesta a cualquier situación era impecablemente congruente: mantener con la máxima prioridad posible su oferta superior de juegos y recreaciones para con las personas y organizar una respuesta efectiva mediante la competición de las mismas para incrementar su motivación. En todos los escenarios, por limitados que fueran, se conservaba la distinción de los tripulantes en grupos y se creaban-fomentaban sistemas de esfuerzo-recompensa. Tras acabar su informe y enviarlo de vuelta, la IA permitió al cuerpo del ingeniero volver a su estado natural. El cansancio hizo mella en él inmediatamente y decidió descansar unas horas, pero no pudo conciliar el sueño rápidamente: notaba danzando en el rincón de sus pensamientos la sensación de estar delante de algo, de un patrón, y no alcanzaba a estructurarlo en algo comprensible. A pesar de ello, acabó durmiéndose. --- Se despertó unas horas antes del evento. Constató que no había recibido ningún mensaje y, tras echarse un vigorizante chapuzón en un lago escandinavo, se concentró en estudiar la estrategia de su grupo para la batalla. Los ingenieros solían ganar en este escenario pues se combatía con armamento mecanizado de diferentes tipos, pero la IA dotaba de sus propias innovaciones a los demás grupos y cada iteración tenía su parte de sorpresa y novedad. La sección de mechs estaba siendo muy demandada y el coste en puntos empezaba a ser prohibitivo, pero Kurt tenía acumulados demasiados y no iba a dejar pasar la oportunidad. Reservó un puesto para piloto de robot pesado con una puja más que suficiente y conectó con Kseniya. Las impresiones empezaron a sucederse, compartiendo un entendimiento muy superior al habla del turno vigilia: - Sí, estoy actualizada [jefe]. No te invité porque sabía que te apuntarías: lo tuyo con los mechs es casi sexual. - Ya tengo uno pesado. - La sonrisa satisfecha del ingeniero era patente en la impresión. - Tienes planes propios para la batalla? - Los tuyos. - La ingeniera de mantenimiento confiaba en la estrategia y sentido común de Kurt para gran parte de las experiencias. - Pero nada de mech, no tengo los puntos. Puedo equipar un buen tanque, eso sí. - Mmm, [lagom]. Pensaré algo. - Kurt alió su icono con el de Kseniya, marcando que jugarían juntos. Tras revisar los puestos de combate del plan de los ingenieros, tuvo una idea. Compartió un mapa táctico con la ingeniera de mantenimiento mientras enviaba impresiones y simulaciones. - Estamos en la sección de superficie pero he seleccionado que aparezcamos en el flanco derecho, el más cercano al palacio. Podemos alejarnos rápidamente del frente e intentar interferir con los comandos de operaciones especiales de los otros grupos. Actualizaremos tu tanque con armas antipersonales y de corto alcance mientras yo te defiendo, así les sorprenderemos. Cuando empecemos a provocar muchas bajas atraeremos la atención, pero habremos ganado mucho terreno para nuestro equipo. - Con lo de antipersonales ya me has ganado. Qué armas selecciono? - Las ametralladoras pesadas y el cañón de artillería más potente. Lleva unas toberas de misiles de racimo por si acaso aparece algún mech volador convertible. - Un tanque con esa configuración estaría vendido contra cualquier tanque, mech o caza a larga distancia, pero Kurt se ocuparía de ellos. El ingeniero pasó a personalizar su robot de combate. La estructura pesada le daba acceso a una gran cantidad de armamento y se decidió por los que combinaban mejor con su estrategia conjunta: misiles de largo alcance sobre su hombro izquierdo, un enorme disruptor de partículas como brazo izquierdo y un potente cañón automático como brazo derecho. El aspecto de relámpago del disparo del disruptor y el traqueteo martilleante del cañón automático le dieron la idea de llamar a su avatar "Thor". Tras discutir un rato más entre ambos sobre varias tácticas de combate con los dos vehículos, el evento dio comienzo. Kurt apareció en la cabina de su mech, anclado a una de las múltiples naves de despliegue que descendían al campo de batalla mientras abría al mismo tiempo la compuerta de carga. Al inclinar su cuerpo y sujetar los dos mandos, el reactor se activó con un sonido silbante y la interfaz del vehículo empezó a parpadear. La voz femenina del ordenador de abordo, improbablemente primitivo teniendo en cuenta que iba montado en un robot gigante, realizó las comprobaciones de seguridad: - Reactor online. Sensores online. Armamento online. Todos los sistemas a su capacidad nominal. - Deja de follarte a tu mech, [jefe]. - La voz Kseniya, rugosa a través de la estática de la radio, se escuchó en su casco mientras su tanque pasaba por delante de él y descendía por la rampa de salida. Kurt empujó los mandos y el armazón gigantesco de su robot se movió lenta y amenazadoramente hacia adelante. El suelo tembló ligeramente ante la envergadura de su mech pesado al pisar la rocosa superficie del planeta. El tanque de la ingeniera de mantenimiento, un robusto vehículo de casi cuatro metros de altura, apenas le llegaba a sus rodillas mecánicas. Su fascinación se evaporó cuando las primeras explosiones, rayos láser y cañones empezaron a escucharse por el campo de batalla. Era de noche y en el cielo estrellado se percibía también el choque de los cazas que se estaba llevando a cabo en el espacio sobre sus cabezas. El ingeniero comprobó el mapa táctico en la interfaz y empezó a dirigirse hacia el palacio a la velocidad máxima que el tanque podía seguirle. Tras unos minutos llegaron a los muros del castillo y Kurt conectó en su mapa táctico la información sobre las unidades enemigas obtenida por el comando de operaciones especiales de los ingenieros. Aunque su perspectiva desde el exterior no era la misma, extrapoló la posición de un grupo de guardianes parapetado en una de las torres del castillo. Marcó la posición a Kseniya y ésta apuntó con su cañón de artillería. Al trueno del disparo le siguió el estruendo de la explosión y derrumbe de toda la torre. - Ohhh, sí. - El disfrute de la voz de la ingeniera era perturbadoramente sosegado. Otro canal de la radio de ambos se activó y se escuchó la voz de la líder del comando de operaciones especiales de los ingenieros: - Para quien haya terminado con esos [putos] guardianes, gracias. - Los vítores de su grupo se oían de fondo. - Thor y... - Kurt improvisó - ...Mjölnir a tu servicio. Algún otro enemigo viable para nosotros? - Tras unos segundos de estática, la líder respondió. - Muro norte, investigadores. Llevan ventaja y están arriba en... - La mujer no parecía encontrar la palabra adecuada. - Las almenas. Actualizado. - El ingeniero puso en marcha a su mech, marcando el objetivo en el mapa táctico compartido con Kseniya. Mientras rodeaban el muro y se dirigían al muro norte comprobaron que varias unidades enemigas se acercaban a su posición. Sin duda el resto de comandos especiales de guardianes e investigadores habían avisado a los suyos de la maniobra y pedido refuerzos para neutralizar su plan. Kurt giró el torso de su robot hacia el campo de batalla y preparó sus armas de largo alcance mientras el tanque avanzaba lentamente hacia su destino. Enseguida aparecieron los primeros dos mechs ligeros dirigiéndose a gran velocidad hacia ellos. Mucho más rápidos, pero más endebles y menos armados, sus pilotos debían pensar que sólo otras unidades ligeras habían conseguido llegar a palacio tan pronto. El ingeniero notó la duda del primero de ellos cuando disminuyó su velocidad, pero ya era demasiado tarde: su disruptor de partículas relampagueó en el aire y el impacto directo en el reactor de su oponente hizo que el calor apagara el robot enemigo; aprovechando la oportunidad, Thor disparó sus misiles de largo alcance, que tras un ominoso vuelo parabólico, acribillaron e hicieron estallar en mil pedazos al indefenso contrincante. El otro mech ligero decidió activar sus propulsores de salto en una hábil maniobra para alcanzar el flanco de Kurt mientras éste disparaba. Tras lanzar los misiles, intentó acertar al blanco en movimiento con una ráfaga de su cañón automático, pero el calor de su propio mech hacía parpadear su interfaz de disparo y sus proyectiles tan sólo alcanzaron su estela. Al aterrizar, el ligero mech ya estaba apuntando con sus misiles de corto alcance a Thor, pero justo en ese momento se oyó una gran detonación y el mech quedó reducido a sus dos piernas desparramadas por el suelo. El cañón de Kseniya aún humeaba cuando la radio se activó, rasposa: - El mejor ciclo de mi vida, [jefe] - Kurt no pudo evitar reír. Giraron por la estructura del palacio y Kseniya empezó a rociar las almenas con el fuego de sus ametralladoras pesadas. Kurt dió la espalda al muro y comprobó que ya se acercaban mechs pesados de todos los grupos al palacio, cada uno de ellos enviando unidades para intervenir en lo que estuviera pasando ahí. Los robots de los ingenieros empezaron a disparar a los de los guardianes e investigadores mientras se acercaban al castillo, andanada mortal tras andanada mortal. La escaramuza parecía estancada mientras Thor les apoyaba a distancia y Mjölnir seguía causando estragos en las posiciones de los comandos especiales enemigos. Entonces descendió un caza guardián del cielo y empezó a dar soporte a los robots de su grupo. Era un caza ligero, armado con un único pero potente disruptor de partículas; en teoría pocos vehículos eran rivales para la flexibilidad y potencia de un mech en la superficie, pero la habilidad acrobática del piloto de la nave y su compenetración con los robots de su propio bando empezaron a desequilibrar rápidamente la escaramuza en favor de los guardianes. Kurt buscó su alias en el mapa estratégico: Shenlong. Por supuesto. El impacto de un misil de largo alcance en su hombro derecho devolvió su concentración al campo de batalla, donde dos mechs pesados guardianes habían conseguido salir de la escaramuza y empezaban a acercarse peligrosamente. - Tenemos problemas! - Kurt gritó por la radio por encima del ruido de sus armas al descargarse sobre el robot enemigo más cercano. - Estatus viable, [jefe], el muro está casi terminado! - Es Yong. - dijo el nombre casi sin gritar, pero no hizo falta. - [Tamade], [tamade], [tamade]! - El ingeniero casi pudo imaginar a Kseniya aporreando los mandos de su tanque. - Cómo actuamos, [jefe]? Los láseres de uno de los mechs enemigos empezaron a hacer mella en el blindaje frontal de su armazón, mientras que su compañero usaba ocasionalmente sus misiles de largo alcance para conservar su energía a la vez que intentaba flanquearle en dirección paralela al muro. Kurt decidió concentrar todas sus armas en el primer robot: los dos gigantes intercambiaron una andanada mortal de disparos en lo más parecido a un duelo de la antigüedad, cara a cara. Los láseres de su contrincante laceraron gran parte de su blindaje y acabaron por seccionar su brazo izquierdo, pero no antes de que el disruptor de partículas lanzara un espantoso relámpago que impactó en la pierna derecha del chasis enemigo, reduciendo su movilidad momentáneamente. El ingeniero sacó partido de los daños y dirigió su cañón automático a la junta de la misma extremidad: el ensordecedor martilleo de sus disparos causó un espantoso surco en la cadera del vehículo de su adversario, que cedió por su propio peso y cayó inutilizado al suelo. Una avalancha de alarmas impidió a Kurt regocijarse por su victoria: el calor de su mech era elevado y los sensores habían detectado que el caza le había seleccionado como objetivo de sus armas y se dirigía hacia él a toda velocidad. Giró parcialmente el torso para dar la cara al robot restante y en ese momento tuvo una idea: - Kseniya, sigue disparando las ametralladoras sobre el muro y actualiza los misiles de racimo. - No servirán contra ese caza [jefe], es demasiado rápido. - Tendrás un objetivo fácil... - Kurt envió una rápida marca en el mapa táctico a la ingeniera de mantenimiento y empezó a encararse totalmente contra el mech enemigo, alejando su torso posterior de la protección del muro. El robot enemigo se vio cara a cara con Thor de improviso y los nervios le jugaron una mala pasada, disparando sus misiles y su cañón de riel sin apuntar bien: los primeros pasaron de largo, estallando contra una parte lejana del muro, mientras que el segundo impactó en los restos del brazo izquierdo del mech de Kurt. Éste disparó todo su arsenal al centro del armazón de su adversario: una oleada de calor procedente del reactor golpeó al ingeniero por su abuso, que ya estaba sudando copiosamente, pero el resultado mereció la pena: los proyectiles de su cañón automático convergieron al mismo punto del torso central donde la oleada íntegra de su andanada de misiles impactó. El mech enemigo se sacudió con cada proyectil y misil recibido hasta que alcanzaron el corazón de su reactor, que explotó espectacularmente. Fue en ese momento cuando sintió el brutal latigazo del disruptor del caza en la parte trasera de su robot, cuyo blindaje soportó apenas, dejando al descubierto su propio reactor. Alarmas de sobrecarga, descargas eléctricas por los tableros de mando y humo empezaron a saturar la cabina, pero Kurt mantenía su mirada fija en el mapa táctico. En él vio cómo, efectivamente, el caza había aprovechado su abierta vulnerabilidad y había acertado con una puntería excelente el torso central posterior descubierto. Pero en su vuelo bajo ajustado al muro para golpear a su mech se había aproximado demasiado al tanque de Kseniya, que juzgó inofensivo para su vehículo. En el visor superior de su carlinga, los misiles de racimo estallaron como fuegos artificiales en una amplia región sobre sus cabezas, imposible de evitar. Otra explosión se sumó al espectáculo y el rastro de llamas del caza al caer iluminó el cielo de Draconis. Los vítores de ambos se entrelazaron en la radio, demasiado exultantes para decir nada coherente. Kurt empezó a toser y redujo su entusiasmo a una amplia sonrisa mientras intentaba devolver a su mech a una temperatura viable. Fue en ese momento cuando apareció en sus sensores la alarma de proximidad de un misil enemigo. Incapaz de moverse en su temporalmente inutilizado vehículo, la ojiva impactó en su armazón. Pero en lugar de explotar reventó, salpicando todo su torso de una melaza inflamable que prendió en intensas llamas. Un misil antimech incendiario. Antes de que su reactor le hiciera estallar en mil pedazos, pudo ver en el mapa táctico cómo un enemigo le marcaba su alias y posición entre los restos del muro: Claire. Apareció gritando de frustración en su generador. Esa mujer sabía tocar las teclas adecuadas para sacarle de sus casillas. --- Los ingenieros ganaron el evento y Kurt consiguió su récord personal histórico en la experiencia de batalla por Draconis. El jugador del Shenlong envió un mensaje a los pilotos del Thor y del Mjölnir felicitándoles por su estrategia y agradeciéndoles la gran lección recibida; jamás se dieron los nombres auténticos. Kseniya se pasó el siguiente ciclo difiriendo la partida una y otra vez. Nikau, que había muerto en uno de los disparos al muro del tanque, confesó entre risas que Claire había cargado con el lanzamisiles incendiario antimech desde el principio de la partida a pesar de estar jugando como comando especial. Claire se conectó a una recreación desarraigada privada nada más acabar el evento. Kurt dedicó su tiempo en el siguiente par de ciclos a realizar la genérica sucesión de recreaciones y tareas como ciudadano. Conectó con sus amigos ocasionalmente, participando en sus recreaciones o enviándose mensajes periódicos. No recibió ninguna otra tarea directa de Ifiok, tan sólo las habituales. Coincidió con Raina en una experiencia grupal de los investigadores, un multitudinario baile de máscaras y disfraces en un castillo encantado en el que simultáneamente se realizaba una búsqueda del tesoro; le agradeció la información que le había enviado sobre la IA y prometió sonriendo volver con más sospechas en el futuro. Al constatar que Nikau y Claire habían formado grupo por su cuenta para resolver el misterio del castillo y no sintiéndose muy festivo para el baile, abandonó el evento para realizar una recreación desarraigada. Se despertó una décima más tarde con un mensaje reciente de Aditi esperándole. Era una simple invitación a una recreación regular privada de hacía apenas una hora, sin descripción. Más sorprendido que intrigado, se conectó. Apareció en una primitiva cueva sentado sobre unas pieles frente a una humeante hoguera, casi extinguida. Llevaba encima varios pelajes de animales cubriéndole muy parcialmente varias partes del cuerpo, con un simple taparrabos. Su barba estaba más crecida de lo habitual y su cuerpo mostraba un aspecto ligeramente más salvaje, incluido algo de vello y pintoresca suciedad ambiental. Se levantó y se dirigió a una apertura lateral en la cueva: situada en la parte alta de un risco, un enorme bosque se extendía bajo ella entre pedregosas colinas y el ruido de algún río caudaloso. - Empezaba a anticipar que quizás no te conectarías. - La voz de Aditi le llegó desde la entrada de la gruta. A Kurt le costó reconocer el rostro de la investigadora al girarse. Tenía varias marcas de pintura primitiva en la cara y llevaba una piel de lobo completa a modo de capa o manto; el pelaje de la cabeza del animal la cubría como una capucha. Bajo él, otros retazos de piel muy reducidos, poco prácticos para combatir el frío, cubrían escasamente su cuerpo, algo más voluptuoso aún de lo que Kurt recordaba. Llevaba un largo cuchillo de hueso sujeto por una tira de cuero, una lanza en una mano y varias jabalinas en la otra. El ingeniero se acercó a ella pero antes de que pudiera decir nada, Aditi le acercó un dedo a los labios: - Shhh. Es tiempo de cazar y aún no has conseguido tus pieles. - dijo la investigadora mientras le ofrecía la lanza. Kurt aceptó la inmersión sonriendo y cogió el arma. Siguió a la investigadora fuera de la cueva y se internaron en el bosque. Pronto detectaron el rastro de un ciervo y lo siguieron durante un largo rato. Aditi le guiaba, muy metida en su papel de veterana cazadora. Kurt sabía que la partida les iba dirigiendo según un guión preestablecido, pero eso no impedía que su mente se implicara gustosa ante el sugerente escenario. Alejado de los entornos más realistas de sus experiencias de supervivencia, la recreación propiciaba un ambiente más místico y espiritual en la naturaleza que armonizaba muy bien con lo que había visto hasta el momento de la personalidad de la investigadora. Encontraron al ciervo bebiendo en un remanso del río. Escondidos en el linde del bosque, Kurt asió su lanza y se preparó para intentar cazarlo. Aditi le sujetó el brazo y le susurró: - Esa no es nuestra presa. - y esperaron agazapados. De pronto, un feroz lobo gris saltó de los arbustos cercanos y atacó al ciervo rápida y brutalmente, abatiéndolo. Dejaron que desgarrara su carne y empezara a devorarlo cuando Aditi salió de su escondrijo con una jabalina y el cuchillo en ristre; Kurt la siguió, asiendo su lanza con ambas manos. El animal los detectó al instante y empezó a gruñir: no estaba dispuesto a dejar escapar un manjar tan suculento. Moviéndose los tres en círculo en un duelo más ritual que realista, la investigadora gritó de pronto y lanzó su jabalina al lobo, que hirió una de sus piernas traseras. Lejos de asustarlo el animal saltó hacia su contrincante más cercano, el ingeniero, que a duras penas tuvo tiempo de alzar su lanza para que el animal se empalara con ella, cayendo ambos. Aún herido mortalmente, el lobo siguió lanzando peligrosas dentelleadas hacia el rostro de Kurt, hasta que apareció Aditi y clavó su cuchillo en el lateral del cuello del animal, acabando con él. Con la adrenalina aún bombeando intensamente en su cuerpo, Kurt se incorporó mientras Aditi inspeccionaba el cadáver del lobo. Ésta se pasó la mano ensangrentada por la cara, dejando un rastro carmesí en su boca, y volvió a hundirla en la herida de la bestia, cubriéndola de nuevo del rojo líquido. Entonces se acercó al ingeniero y le acarició el pecho casi descubierto, dejando otra oscura marca en él. Tras mirar satisfecha el resultado, le agarró del cuello y estrujándose contra su cuerpo le besó apasionadamente, casi mordiéndole. La situación le provocó una intensa excitación y empezó a volcar todo su ardor sobre Aditi, pero ésta se apartó de él firmemente. Con una sonrisa entre pícara y lobuna se relamió los labios: - Aún queda mucho por actuar. - y le indicó que cargara con su premio. Emprendieron la larga vuelta. Kurt agradeció de algún modo el esfuerzo de cargar al animal, que ayudó a relajar las ansias insatisfechas de su cuerpo. Al volver a la cueva, Aditi le puso al cargo del fuego mientras ella destripaba y despellejaba hábilmente al animal. Mientras Kurt disfrutaba de la tarea mecánica y primitiva, la investigadora le sorprendió empezando a hablar casualmente del mundo real: - [Sumimasen] por no conectar antes: he estado muy empleada estos últimos ciclos revisando los procesos génicos planeados. - No pasa nada, yo también he estado empleado. - adujo Kurt, no sonando demasiado convincente. - Llegamos a Calima y hay mucho que revisar también - intentó arreglarlo. - Has registrado que los últimos datos de la atmósfera graban que la probabilidad de vida es muy elevada? Fluctuaciones regulares de CO2. - Aditi seguía trabajando en los restos del animal. - No. Hay informe accesible? - Kurt recordó su alarma para revisar los datos de Calima, pero seguro que hubiera recibido noticias sobre algo así. - Quizás aún no, están recopilando la información este mismo ciclo. - La investigadora recogió la carne recién extraída del lobo y se la pasó a Kurt para que la cocinara mientras ella continuaba limpiando la piel. - Aunque fuera basada en el carbono sería [top] observar nuevas organizaciones biológicas. - A no ser que todo sea una simulación. - dijo Kurt riendo para sí mientras colocaba ristras de carne en ramas encaradas al fuego. - Cómo? Aditi acabó de raspar la piel y la colgó de un saliente rocoso de la cueva cerca de la apertura lateral. Al volver y sentarse frente a Kurt para comer, éste le empezó a explicar su conversación con Raina y su posterior investigación del código de Omega. Aprovechó para enlazarlo con el último trabajo asignado por Ifiok sobre la IA y sus resultados negativos en general. La investigadora escuchó atentamente mientras comían con las manos la jugosa carne del animal, preguntando sobre alguno de los términos más avanzados pero comprendiendo rápidamente la mayoría de los conceptos: su ágil intelecto resultaba casi intimidante. Al terminar Kurt, y tras unos segundos pensativa, hizo una mueca y meneó la cabeza: - Tecnólogos. - usó el término negativamente. - Qué importa un resultado u otro? Si es una simulación la estamos recreando por nuestro [vkus], y si no lo es, igualmente vivimos ya la mayor parte de nuestra existencia en el mundo virtual. El ser humano es ya irrelevante biológicamente. - "Irrelevante"... - El ingeniero repitió la infrecuente palabra, ponderándola. - Eso simula demasiado [intenso]. No estamos expandiéndonos por la galaxia? - Nuestra misión Pioneros? Somos la tercera y cuántas ha habido tras nosotros? Dos más? La última hace 2000 ciclos. Ya nadie en la Tierra requiere "perder el tiempo" fuera de las recreaciones. Los únicos avances científicos son para mejorar la velocidad y posibilidades de lo virtual y cada vez son menos frecuentes porque disminuye el número de ciudadanos para emplearse en ello. Pronto el ser humano no podrá distinguirse de cualquier animal hibernando para siempre. - Los oscuros ojos de Aditi mostraban una dureza desconocida para Kurt hasta el momento, pero resultaban demasiado magnéticos como para dejarse amilanar por ellos. - Y qué otra opción hay? Tampoco es mi [vkus], pero todos registramos que esto... - Kurt señaló la cueva con un gesto, pero se refería a toda la experiencia en sí - ... no es posible en el mundo real. No hay más seres inteligentes o no los hemos encontrado ni los encontraremos en ningún momento cercano. Qué otra opción hay? - Oh, registro lo que dices y estoy actualizada contigo. No tengo una solución mejor para nuestra partida. Sólo grabo que el ser humano está al límite de sus posibilidades. Lo único que anticipo es que nos convirtamos en los creadores de la partida de otra especie. - No es eso lo que hemos hecho con la tecnología? Mejorarnos y ser lo más [top] entre los seres biológicos? - Ser lo mejor que podíamos anticipar. - Aditi sonrió con desprecio mientras negaba con la cabeza. - La tecnología sólo es una herramienta que nos ha permitido mejorar lo que ya éramos. Avanzar la experiencia en la dirección que ya habíamos seleccionado como especie. - La investigadora miró intensamente al ingeniero durante un instante. - Hay otras apariencias que la vida puede tomar y quizás nos superen o al menos creen algo diferente que nosotros. Otras organizaciones, como mentes-colmena, u otras percepciones, como una criatura con consciencia y control total de cada una de sus células. Infinitas combinaciones que no registramos o a las que sólo les falta la inteligencia para evolucionar. - Es por eso que anticipas llegar a Calima y ver la vida que pueda haber ahí? Algo diferente? - El brillo en los ojos de la investigadora desapareció y Kurt tuvo la extraña sensación de que la había decepcionado de algún modo. - En parte, pero tendrá el mismo resultado: nos limitaremos de nuevo a escanearla, investigarla y clasificarla en alguna de nuestras listas preconcebidas de la ciencia. Ni siquiera conectaremos con ella mientras nos adaptamos al planeta para expandir nuestra durmiente especie. - Aditi apoyó la cabeza en la mano mientras bajaba su mirada a las llamas. - Cual sería tu idea si pudieras llevarla a cabo? Mezclarnos con los animales? Crear una nueva especie? Como los dioses hindús de tu grado cultural? - Kurt sonrió divertido, intentando animar a la investigadora. Sin saber cómo, el brillo volvió a los ojos de Aditi y un largo momento después su traviesa sonrisa. - Bueno, anticipo que hay mucho que aprender de los animales. - Se levantó lentamente sin dejar de mirar fijamente a Kurt. - Como registrar tu lugar en la naturaleza... - Le dió la espalda lenta y sugerentemente. - ...alimentarse de sus frutos... - Deslizó su manto de lobo al suelo, quedando cubierta tan sólo con las diminutas pieles sobre sus curvilíneas formas. - ...o unirse con el compañero adecuado. - Le lanzó una última mirada pícara y salió de la cueva ágilmente. Kurt ni pudo ni quiso resistir la tentación y salió tras ella. La vio desaparecer en el linde del bosque mientras reía alegre y la persiguió enardecido. Pronto empezaron a llegarle impresiones mezcladas de ella jugando a escaparse de él: a veces era Aditi cubierta de pieles, a veces una esbelta loba. Se dieron caza durante un rato. Ella se dejaba atrapar ocasionalmente y se besaban mientras frotaban sus cuerpos ardientemente, pero siempre acababa escabulléndose: a veces arañándole o empujándole levemente, a veces sintiendo una dentellada juguetona de animal en su piel, viéndose como un lobo a sí mismo. Tan pronto se sentía persiguiéndola agazapado como trotando sobre sus cuatro patas. Finalmente Aditi llegó a un claro cercano al río y se tumbó de lado en el suelo, dispuesta. Kurt se acostó a su espalda y asió ansiosamente sus pechos mientras se aplastaba contra su cuerpo con fuerza. La investigadora apartó violentamente su taparrabos y le invitó a introducirse en ella sin más demora. La imagen de dos lobos apareándose invadía la mente del ingeniero intermitentemente e, inspirado o seducido por ella, se puso tras Aditi y la montó de forma intensa y primordial. La investigadora-loba gemía-gruñía de placer y le arañaba la pierna-pata con pasión mientras se agitaba excitada, hasta que el ingeniero-lobo le mordió suavemente la clavícula para embestirla profundamente. Aditi envió una potente impresión de su propio orgasmo a Kurt mientras se empujaba con fuerza hacia él, lo cual acabó con todo su aguante y provocó que el hombre-bestia se vaciara dentro de ella, estremeciéndose de placer. Se dejaron caer de lado en la hierba del claro, agotados, y se durmieron satisfechos en la cálida y placentera noche. --- Kurt despertó en el sillón de su generador, amodorrado. Se incorporó para despejarse y vio la piel de lobo envuelta sobre su escritorio retrofuturista. Su primera reacción fue esbozar una infantil y autosatisfecha sonrisa, pero pronto fue reemplazada por un ceño fruncido, más reflexivo. Estaba claro que encontraba a Aditi fascinante y él causaba al menos cierto interés en ella. Pero había algún lugar en el interior de la investigadora con el que no llegaba a conectar, como el último trayecto de un camino que nunca llega a tomarse y se decide volver atrás. Sacudiendo la cabeza, decidió que un par de encuentros era una mala muestra estadística para inferir una hipótesis y pasó a revisar sus mensajes. Tan sólo había un par de tareas menores y un ping de Nikau. En un impreciso lugar situado en la parte derecha superior de su campo de visión sintió el lento pulso de su alarma para revisar la información sobre Calima. Estaba configurada para avisarle en algo menos de un ciclo pero, curioso tras la conversación con Aditi, decidió estudiar la información en ese momento. Se levantó, abrió varias interfaces simultáneas y pidió a Omega un compendio jerarquizado de toda la información conocida sobre el planeta, con una sección destacada para los descubrimientos realizados en los últimos 10 ciclos. La información empezó a volcarse y organizarse en los paneles, que reaccionaban y se transformaban según sus impresiones. La masa de Calima era ligeramente superior a la de la Tierra al igual que su tamaño, aunque en menor proporción. Era una curiosa combinación que indicaba una menos densa o compacta litosfera. La espectrometría de masas y radiación cuántica habían determinado que la atmósfera era similar a la del planeta madre, con una concentración superior de argón y neón ionizados que creaba un permanente y denso manto de niebla. Los últimos datos, obtenidos a mucha menor distancia, habían localizado la bruma específicamente en la capa baja de la troposfera. Su uniformidad demostraba que la radiación de la enana roja Rubra Fulgur había sido inusitadamente estable durante billones de ciclos o, más probablemente, el campo electromagnético del masivo planeta al que estaba acoplado, Rubra Fulgur I, alcanzaba y cubría el satélite. La presencia generalizada de agua se había determinado antes de emprender la misión, pero un informe de hacía apenas unas horas había descubierto pequeños flujos cíclicos de CO2 en la atmósfera: los cálculos estadísticos pronosticaban con un 85% de confianza que se trataba del efecto de vegetación y/o vida animal a muy poca profundidad. Se descartaban a priori continentes extensos o masivos por la uniformidad de la niebla, pero grupos de islas significativos en la superficie o a baja profundidad eran aún perfectamente plausibles. Como era de esperar, si se creía en la remota posibilidad de vida inteligente en el planeta, no disponía de ninguna tecnología mínimamente avanzada o, como arguían los más extravagantes, no se podía detectar o entender. Por supuesto, los genetistas ya habían preparado distintos escenarios sobre los cambios a nivel celular y metabólico requeridos para la parte de la tripulación que se trasladaría a vivir a la superficie del planeta a medio plazo, tras orbitar el planeta durante un tiempo. Se habían centrado en los cambios pulmonares y varias posibles adaptaciones a la radiación residual de la estrella si, como parecía, no era muy potente. Pero muchos otros factores requerirían varias expediciones para recoger muestras y datos. El objetivo final era tener a una fracción de la tripulación perfectamente adaptada al entorno viviendo en una base/ciudad permanente y autónoma. Una vez la colonia no necesitara de la nave para obtener energía y materiales, ésta sería reutilizada para viajar al siguiente planeta candidato. Esa parte del plan era ya a largo plazo, probablemente hasta requeriría confirmación desde la Tierra, tras unos 2000 ciclos de ida y vuelta. A pesar de que durante el viaje habían desplegado repetidores espejo en órbitas de varios cuerpos celestes como parte de la misión, la rapidez de las transmisiones láser no podían superar la velocidad de la luz y siempre existiría un retraso mínimo de 1000 ciclos en cada dirección. De hecho, toda la información que recibían en ese mismo momento desde su planeta de origen tenía ese retraso y aún pasaría mucho más tiempo hasta que recibieran noticias de las otras misiones de colonización anteriores a ellos. Tras revisar los datos, Kurt se preguntó de nuevo si la parte más constructiva de la misión empujaría a los tripulantes a participar más en la vida real. Todos los procesos eran muy automatizados y los parámetros del proyecto tenían en cuenta la actividad actual de las personas, pero era obvio que un interés mayor ayudaría a desarrollar los estudios e infraestructuras necesarias a un ritmo más elevado. Se interrogó a sí mismo si decidiría a medio plazo convertirse en un habitante de Calima o por el contrario elegiría emprender de nuevo un viaje espacial que esta vez jamás terminaría como parte del relevo generacional escalonado. Con el mundo virtual tan presente en ambos casos, era realmente una elección relevante? El ingeniero registró algunos datos interesantes para un análisis posterior y cerró los interfaces. Quedaban algo más de 3 ciclos para llegar en órbita con el planeta y una vez allí seguiría teniendo cientos de ciclos para descubrir las respuestas a esas y otras preguntas. Decidió esperar al turno de vigilia y pasar el resto del tiempo restante como hasta ahora: recreando experiencias. --- La última experiencia de grupo antes de la vigilia fue una evocadora competición ideada por los investigadores para comprobar cuál de tres pueblos vecinos, formados por guardianes, ingenieros e investigadores respectivamente, acababa con más comida almacenada en su granero. Se podían elegir varias tácticas, como cosechar deprisa, comerciar con los otros pueblos, robarles, etc... Era un juego nuevo y fue divertido, pero Kurt tenía la mente en la próxima llegada al planeta y tuvo una actuación mediocre. Tampoco encontró el sosiego y la calma habituales en su refugio durante la última décima. Cuando le llegó la hora de despertar lo hizo más ansioso de lo que recordaba en cientos de ciclos. Saltó de su tanque y empezó a vestirse. Iba a colocarse el oráculo cuando reparó que alguien también se había despertado en el contenedor a su espalda. El hombre, aún desnudo, estaba totalmente inmóvil y en shock mirando a través de su visor. Kurt pensó que era uno de los bloqueados y le zarandeó el hombro suavemente: - No pasa nada, jugador. Actualiza tu apariencia y vamos a comer algo... - Kurt se detuvo al recibir la mirada totalmente concentrada y consciente del tripulante. - No lo has escaneado? - Su voz era concisa e incrédula, muy alejada del balbuceo de las personas con dificultad de adaptarse a la vigilia. - El qué? - El ingeniero se giró para coger su oráculo mientras el hombre hablaba sin dejar de observar la información de su visor. - Las columnas. Hay columnas que... Una fuerte sacudida estremeció el habitáculo y Kurt salió disparado hacia la pared de la plataforma más cercana. Se golpeó el hombro derecho con fuerza y una potente punzada de dolor estalló en su cabeza. Al volver a abrir los ojos vio que no se despegaba de la pared. Lo extraño de la situación fue lo último que recordó del descenso de la nave al planeta, precipitándose a gran velocidad. --- Notas ----- El ciclo: medida de tiempo usada en los tiempos modernos. Tras el abandono de las diversas religiones y sus inexactos calendarios, la poca importancia de la luz solar en las vidas de las personas y los nuevos retos de colonización espacial, la humanidad creó sus nuevas unidades de tiempo basadas en el abstracto y funcional segundo. El valor del segundo se mantuvo, pero el minuto pasó a constar de 100 segundos, la hora de 100 minutos y el ciclo de 100 horas. Para facilitar la comprensión de los tiempos mencionados en el libro se ofrecen aquí unas pocas conversiones rápidas: - 1 hora → algo menos de 3 horas antiguas (2.78) - 1 ciclo → algo más de 11 días antiguos (11.57) - 1000 ciclos → algo más de 30 años (31.71) Por otro lado, al llegar a Calima la tripulación se ve en la necesidad de volver a depender de los periodos de luz en el planeta. Los nuevos ciclos planetarios se refieren a un intervalo completo de día/noche. Se repiten aquí algunas medidas mencionadas en el libro como recordatorio: - Duración del día o la noche → algo más de 5 horas (5.05) → algo más de 14 horas antiguas (14.03) - 1 ciclo planetario → algo más de 10 horas (10.11) → algo más de 28 horas antiguas (28.08) - 1 vuelta completa a la estrella → 103 ciclos planetarios → algo más de 120 días antiguos (120.51) Finalmente, los descendientes de los tripulantes adaptarán la terminología de sus ancestros a su limitado conocimiento. En todas los relatos y juegos posteriores de Calima Saga, la gente usa el término ciclo para referirse al ciclo planetario, y el término ciclo largo para referirse a la vuelta completa del satélite alrededor de la estrella (el antiguo concepto de año en la Tierra).